EL MUNDO › VOTO INDEFINIDO EN WISCONSIN, MUCHO MAS CLARO EN HAWAI
Obama y Clinton se enfrentaron ayer en dos estados. El gana en Hawai, donde nació. Ella busca volver a pasarlo.
Fue una noche de tensión para la interna demócrata. Ayer se votó en Wisconsin y en Hawai, dos estados con mucha diferencia horaria respecto de la costa Este –y a Argentina–. Barack Obama y Hillary Clinton esperaron nerviosos los resultados porque este martes, que no fue súper, puede determinar la carrera hacia la nominación presidencial del partido. Obama viene ganando energía con un triunfo atrás del otro, una racha que quiere mantener y le permitió “venir de abajo” en la carrera. Clinton quiere justamente cortar la escalada de su rival y “normalizar” las primarias, con ella al tope y Obama ligeramente atrás.
Ayer se votaba en dos estados muy diferentes y con situaciones casi enfrentadas. Wisconsin era el premio mayor, ya que envía 74 delegados a la futura Convención demócrata que elegirá la fórmula presidencial. Las encuestas previas en esa provincia no sirvieron para aclarar el panorama, ya que cada candidato pudo exhibir las suyas que lo daban por ganador. Hawai, en cambio, es un estado mucho más pequeño en población y que, por lo tanto, sólo envía veinte delegados a la convención representando al archipiélago. Pero un día de clima simplemente maravilloso creó una asistencia record de votantes registrados como afiliados, para alegría de Obama, que nació en Honolulu y vivió en Hawai hasta terminar la secundaria, algo que se encargó de recordarles a sus votantes con una campaña de avisos radiales. En esas islas, el candidato negro juega de local y promete arrasar en la primaria.
Obama ganó ocho primarias seguidas y le negó a Clinton ningún consuelo. Así logró pasar a su rival, que lo tenía segundo por puntos, pero sobre todo –la ventaja en delegados es pequeña y de ninguna manera determinante– logró crear una atmósfera de triunfo. Hacer doblete en Hawai y Wisconsin afirmaría esta percepción y tal vez hasta aceleraría la recaudación de fondos de campaña, que ya se notan en la publicidad de saturación que hizo el precandidato. Amanecer como el ganador ciertamente le serviría a Obama en el siguiente enfrentamiento, el cuatro de marzo, en dos estados realmente grandes, Texas y Ohio.
Por las razones inversas, los resultados de ayer –en particular los de Wisconsin– son todavía más importantes para Clinton. La candidata puede tranquilamente descontar Hawai, ya que raramente un candidato de nivel pierde en su terruño. Aun así, Clinton no entregó la cancha, sino que movilizó a los sindicatos y puso en acción al muy popular senador local, Daniel Inouye, partidario suyo. Pero ganarle a Obama en Wisconsin sería un toque vibrante para su alicaída campaña, una reversión de las expectativas instaladas que la muestran en decadencia. Como mínimo, ganar Wisconsin reanimaría la idea de que Clinton y Obama van a un empate técnico en número de delegados y que la candidatura se definiría mano a mano en la convención del partido, a fines de agosto.
Por las dudas, al cierre de esta edición los equipos de Clinton bajaban el tono al hablar de Wisconsin, como si no importara demasiado el resultado. Los voceros se concentraban en criticar al rival por haberse negado a tener un debate en este estado. “Quisimos que debatiera con Clinton”, dijo ayer el asesor en jefe Howard Wolfson sobre Obama, “pero está visto que no le interesan los debates en los estados en los que piensa que tiene ventaja”.
En el cuartel de campaña de Obama no contestaron. El trabajo se concentra en el próximo round, donde se juega un número importante, quizá determinante, de delegados. Los asesores destacaron una encuesta de CNN que indica que la amplia ventaja de dos dígitos que mostraba Clinton en Texas estaba deteriorándose y se acercaba a un empate. Si Obama se alza con Texas, hasta puede proclamarse ganador en la carrera, por lo que no extraña que el candidato dijera ayer que “después del cuatro de marzo, creo que el partido tendrá que mirar bien lo que pasa y pensar si no es el momento de definir la candidatura”, sin esperar más.
Obama sólo respondió en persona a uno de los ataques de su rival, que lo acusó de no estar preparado para debatir con el seguro candidato republicano John McCain. “Para empezar, estoy peleando contra el aparato de Clinton. Y no están exactamente jugando con guantes blancos, ¿no? Creo que en esta primaria quedó en claro que soy bueno combatiendo”, dijo el precandidato.
Lo que no discutió en particular Obama fue el descubrimiento de que había usado una frase de su amigo el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, para contestar un ataque de Clinton. La candidata lo había atacado por una supuesta falta de planes y exceso de palabras, y Obama contestó que las palabras también sirven para cambiar un país. El equipo Clinton lo atacó por plagio, pero el autor de la frase dijo que era “lamentable” que usaran “tácticas tan débiles”.
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