EL MUNDO • SUBNOTA › LE DIJO DE TODO A CHáVEZ Y SE DESHIZO EN ELOGIOS PARA URIBE
Desde sediento de poder hasta despilfarrador de riquezas, pasando por profeta de promesas vacías y facilitador del terrorismo, Bush no ahorró agravios.
La última vez que se pronunció públicamente sobre América latina, el presidente estadounidense salió a defender a Colombia, luego de que este país atacara a las FARC en suelo ecuatoriano. Ayer, George W. Bush hizo lo mismo, pero en esta ocasión además se despachó contra el presidente venezolano, Hugo Chávez. Frente a la Cámara de Comercio Hispana y urgido por aprobar el conflictivo Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia, Bush sacudió a su rival por la postura que tomó durante la crisis entre Bogotá y Quito. “El presidente de Venezuela elogió al dirigente terrorista Raúl Reyes por ser un ‘buen revolucionario’ y envió sus tropas a la frontera con Colombia. Este es el último paso de una serie perturbadora de actitudes provocativas del régimen de Caracas”, advirtió, evitando nombrar a su destinatario. El canciller Nicolás Maduro no tardó en contestar. Entre otras cosas , dijo que Bush es un impotente y un amargo.
Bush arrancó su discurso con un chiste. “Gracias, mi amigo”, saludó en español al directorio latino de la Cámara que lo escuchaba atentamente en el edificio Ronald Reagan. “Esta es una oportunidad de practicar mi español, muchos dicen que debo gastar más tiempo practicando inglés”, se burló de sí mismo en medio de las risas del auditorio. Luego, en presencia de la embajadora de Colombia, Carolina Barco, y de gran parte de su gabinete, el mandatario destacó el crecimiento de la economía norteamericana tras los ataques “terroristas” de 2001, amenazó con vetar cualquier propuesta del Congreso que intente aumentar los impuestos y agradeció el apoyo a la ley de inmigración.
Aunque no empezó con el tema central de su exposición –el tratado de libre comercio con Colombia–, una cosa lo fue llevando a la otra. De entre los TLC con Panamá, Corea del Sur y Colombia, Bush consideró que el más “urgente” era el último. “Colombia es uno de los aliados más cercanos en el hemisferio occidental bajo el liderazgo del presidente Alvaro Uribe, un socio capaz”, señaló. Luego de alabar la “democracia” colombiana, atacó a la “red terrorista” conocida como las FARC y la guerrilla le sirvió de trampolín para saltar al cuello de Chávez: “El régimen llamó a que las FARC fueran reconocidas como unas fuerzas armadas legítimas y varios altos funcionarios se reunieron con los dirigentes de las FARC en Venezuela”, denunció.
El presidente estadounidense se refería al pronunciamiento que hizo Chávez hace más de un mes para promover el canje humanitario de rehenes de la guerrilla por presos rebeldes. Pero eso no fue lo único por lo que se mostró molesto Bush, también criticó las aspiraciones regionales de Caracas. “Mientras intenta extender su influencia por América latina, el régimen afirma promover la justicia social. En realidad, su agenda incluye poco menos que promesas vacías y sed de poder”, dijo. Lo que comenzó como un discurso ameno y con chascarrillos se convirtió en una arenga contra su rival innombrable. “Despilfarró la riqueza de su petróleo para promover una visión hostil contra Estados Unidos”, aseguró. Ante el desabastecimiento alimentario que sufre Venezuela, el jefe de Estado norteamericano responsabilizó a Chávez. “Abandonó a sus ciudadanos, mientras amenaza a sus vecinos”, fustigó.
La arremetida no terminó ahí. A continuación, Bush se agarró del reciente conflicto entre Colombia y Ecuador para plantear un dilema a los empresarios latinos presentes. “Como lo demostró la reciente crisis en los Andes, la región se enfrenta a una creciente y dura elección: aceptar tranquilamente la visión de los terroristas y los demagogos o apoyar activamente a dirigentes democráticos como el presidente (Alvaro) Uribe”, señaló. La semana pasada, Quito rompió relaciones con Bogotá, luego de que el ejército colombiano apoyado por Estados Unidos atacara un campamento de las FARC en suelo ecuatoriano y asesinara a más de 25 guerrilleros, entre ellos al número dos de la guerrilla, Raúl Reyes.
Planteada la dicotomía, como las que acostumbra formular Washington, Bush se ubicó en la cancha que previamente había delineado. “Yo tomé mi decisión: estoy al lado de un dirigente valiente que cree en la libertad y la paz”, dijo. Ahí fue cuando se metió de lleno en el corazón de su discurso. “Y no hay una señal más clara de nuestro apoyo que el TLC. Este acuerdo demostraría a la región que el compromiso de Estados Unidos con el libre mercado y la libertad de la gente es inquebrantable”, añadió.
Por su parte, el jefe de la diplomacia venezolana dijo que los dichos del presidente norteamericano son un lance desesperado de un presidente decadente. “Es un gobierno decadente y en despedida. Mientras más fracasa, más peligroso se pone. Lo que dice es consecuencia directa de lo que vimos en la Cumbre de Río. Los gestos de Bush son de impotencia, de amargura porque no pudo prever el avance de las corrientes progresistas”, disparó.
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