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• SUBNOTA › SADDAM HUSSEIN RECHAZA IR MAS ALLA DE LO YA ACORDADO
Empezó el juego de la nueva resolución
El presidente de Irak Saddam Hussein se negó a aceptar una nueva resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, medida que persigue Estados Unidos con su aliado británico para allanar el camino hacia una acción militar contra Irak en caso de que no se cumplan a rajatabla las inspecciones en un plazo determinado. Bagdad aclaró que sólo se atendrá a los acuerdos ya alcanzados con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, que consistieron en la aceptación de los inspectores sin condiciones. De los tres miembros estables del Consejo de Seguridad, Rusia y China se oponen a una nueva resolución y Francia no la rechaza, pero a condición que esté acotada al desarme. A todo esto, el general Tommy Franks, comandante de las fuerzas estadounidenses en el Golfo, advirtió que incrementará sus operaciones militares en la región en el marco de una plausible acción militar contra Irak.
El presidente estadounidense George W. Bush y el premier británico Tony Blair pretenden que el Consejo de Seguridad apruebe una nueva resolución sobre Irak obligándolo a aceptar la vuelta de los inspectores de armas de Naciones Unidas y amenazando, en caso de incumplimiento, con medidas militares en un plazo establecido. Irak advirtió ayer que rechazará cualquier nueva resolución de la ONU y mantendrá su postura reflejada en la carta enviada el lunes por el jefe de la diplomacia iraquí, Naji Sabri, a Kofi Annan, en la que se comunicaba la aceptación sin condiciones del retorno de los expertos en desarme de la ONU, ausentes de Irak desde su expulsión, en diciembre de 1998. La decisión de Irak fue tomada durante una reunión presidida por Hussein a la que asistieron el vicepresidente, Yaha Yassine Ramadan, el viceprimer ministro, Tarek Aziz, el ministro Sabri, el jefe del Parlamento, Saadun Hammadi, y Ali Hassan al Majid, uno de los miembros más influyentes del Consejo de Comando de la Revolución (CCR), la más alta instancia del régimen.
Washington empezó a trabajar con Londres en un proyecto de texto que prevé una acción militar si Bagdad no acepta las inspecciones “sin condiciones, retraso ni maniobras”, según apuntó el jefe de la diplomacia británica, Jack Straw. Esto es, que exija a Bagdad garantizar a los inspectores “acceso ilimitado” a todas las dependencias y que amenace con el uso de la fuerza ante el más mínimo obstáculo. En ese marco, Gran Bretaña recaba apoyo para una nueva resolución sobre Irak entre los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. La resolución 1.284, que en principio debería utilizarse para mandar a Irak al equipo de inspectores, estipula que tras su llegada, los mismos tendrán 60 días para presentar un plan de trabajo, el cual estaría listo recién a fines de febrero. Eso retrasaría los planes de la Casa Blanca de una acción contra uno de los “ejes del mal”, de la que ya se habla sería en enero o febrero. En este sentido, el comandante de las fuerzas norteamericanas en el Golfo Pérsico, el general Tommy Franks, declaró ayer en Kuwait que Estados Unidos incrementará sus operaciones militares en la región en el marco de una eventual acción militar contra Irak. El oficial no precisó el número de soldados estadounidenses estacionados en los países aliados en el Golfo: Arabia Saudita, Qatar, Bahrain, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos y Oman. Según informaciones de prensa, EE.UU. tiene estacionados en los países del Golfo unos 30.000 soldados, 8.000 de ellos en Kuwait. Al parecer, el Pentágono planea enviar otros 2.000 a Kuwait.
Por su parte, el secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld dijo no estar sorprendido por la negativa de Irak, en tanto “cualquiera que haya observado lo ocurrido en el correr de la última década ha visto al gobierno iraquí desafiar unas 16 resoluciones de la ONU y cambiar su postura dependiendo de lo que considerara que era tácticamente ventajoso para ellos”.
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