La crisis económica en España motivó un cambio de percepción de los ciudadanos sobre el trato a los inmigrantes. Una amplísima mayoría de españoles considera que “las nuevas circunstancias económicas hacen necesarios cambios en la política inmigratoria”. Así se desprende del Barómetro de 2008 de la Fundación Carolina, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en el que un 52 por ciento de los encuestados opina que la crisis económica debe llevar a un “cambio importante” en la política para los inmigrantes y un 30 por ciento señala que deben hacerse “algunos cambios”. Va en aumento (un 45 por ciento) la consideración de que el trabajo que realizan los inmigrantes beneficia más a sus países, por las remesas que envían, que a España por el trabajo que realizan. Aunque la encuesta se ha dado a conocer ahora, se realizó a finales del mes de octubre, con una muestra de 2500 entrevistados. Hace tan sólo dos semanas que el gobierno presentó los cambios en la Ley de Extranjería para garantizar algunos derechos pero, sobre todo, para impedir la llegada de familiares de inmigrantes en edad de trabajar. También se limitaron las posibilidades de contratación en los países de origen. En el estudio, un 46 por ciento estima que la crisis económica “afecta igual” a españoles y extranjeros. Un 35 por ciento se inclina por considerar que les afecta más.