EL MUNDO • SUBNOTA › EL GOBIERNO ARGENTINO CELEBRó LA RESOLUCIóN
Cristina Kirchner festejó la decisión. El canciller Taiana, desde Honduras, la mantuvo al tanto de las negociaciones. Ponderaron la disposición de la administración de Obama.
› Por Fernando Cibeira
“Histórico” lo consideró el mundo y de igual forma evaluó el gobierno argentino la decisión de la OEA de revocar la expulsión de Cuba del organismo. “Hoy es un día histórico. En la OEA, con la presencia de
Hillary Clinton, la secretaria de Estado, y obviamente por instrucción del presidente (Barack) Obama y con el consenso y proclamación de todos los países miembros de esa organización, se decretó y se dejó sin efecto la sanción que tenía la hermana República de Cuba durante muchos años”, celebró Cristina Kirchner en un acto en Almirante Brown. La Presidenta se mantuvo informada de lo que sucedía en Honduras a través del canciller Jorge Taiana, quien participó activamente de las negociaciones que hasta el martes parecían infructuosas y ayer terminaron en acuerdo.
Presidenta y canciller recordaron la posición del gobierno argentino en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, la antesala donde se cocinó la resolución favorable a Cuba. “Nuevos vientos soplan”, insistió ayer Cristina Kirchner a propósito de la situación en el continente. Días atrás, la Presidenta mantuvo un contrapunto con el venezolano Hugo Chávez a propósito de si la llegada de Obama a la Casa Blanca había significado realmente un cambio. Con lo de ayer, dio a entender que se sintió reivindicada.
La Presidenta se reunió con Taiana el viernes en la Casa Rosada para afinar la posición que Argentina llevaría a Honduras, alineada con la de Brasil, Chile y México. La búsqueda apuntó a un lugar intermedio entre la postura de Estados Unidos y la de los países aliados a Cuba en el ALBA. Además, Cristina Kirchner conversó con el canciller cuatro veces el martes y tres veces más ayer. Leyó al momento el borrador de resolución que le envió Taiana desde Honduras y dio su aprobación a la versión final. Un seguimiento paso a paso.
Los enviados argentinos integraron el grupo de trabajo de diez países que se dedicó específicamente a resolver el tema cubano. Ellos contaban anoche que debieron esforzarse más de un momento durante la cumbre para evitar que todo saltara por los aires. Estados Unidos no aceptaba un texto que levantara sin condicionamientos la sanción contra Cuba, con el fantasma de tener a la isla en la próxima reunión continental sentada del otro lado de la mesa. El deseo norteamericano era evitar una decisión que tuviera consecuencias automáticas.
A partir de ahí la discusión se centró en el artículo 2º de la resolución. Así, el texto que estaba consensuado a las 18.45 del martes, media hora después ya no servía. Estados Unidos proponía colocar la aceptación de los principios incluidos en la Carta Democrática Interamericana –democracia, libertad, derechos humanos, desarrollo social, seguridad– como condición a la vuelta de Cuba. Los países del ALBA –Venezuela y Nicaragua también estuvieron en el grupo de trabajo– se negaron de plano. Sostenían que varios de esos principios eran de interpretación subjetiva y se oponían a lo que consideraban era someter a Cuba a un nuevo enjuiciamiento precisamente cuando se buscaba reintegrarla al continente.
Estados Unidos amenazó entonces con llevar su postura a votación en la asamblea, convencido de que ganaría con el apoyo de los países del Caribe. Pero los convencieron de que las resoluciones en la OEA deben salir por consenso, no por mayoría de votos.
–¿Qué rol jugó Argentina en la reunión de la OEA? –le preguntó Página/12 ayer al canciller Taiana.
–El rol argentino fue muy activo, de acuerdo con la línea que trazó la Presidenta en la cumbre de Trinidad y Tobago. Antes de esta reunión, nosotros ya veníamos trabajando en la OEA. Hay que recordar que Argentina se abstuvo en la votación que en 1962 expulsó a Cuba del organismo, lo que nos dejaba en mejor posición para actuar. Desde el principio, nuestra postura fue que había que derogar la resolución del ’62 y que debía hacerse en un marco de consenso. Muchos dudaban, pero nosotros pensábamos que ese consenso se podía alcanzar y con esfuerzo se alcanzó.
–¿Esta decisión confirma un cambio de rumbo en el continente?
–Sin duda estamos viviendo una nueva etapa de diálogo entre los países del continente y en eso tiene que ver la llegada de un nuevo gobierno en Estados Unidos. Es evidente que la administración del presidente Obama ha iniciado un retorno a los principios del multilateralismo.
–¿Qué pasará en adelante con Cuba que hasta ahora, al menos en público, no mostró interés en volver a la OEA?
–Por suerte hemos terminado con un anacronismo y una injusticia. Ahora lo lógico es que se inicie un proceso de diálogo con Cuba. Incluso, es difícil pensar que algunos países que participaron de esta reunión no hayan estado en diálogo con Cuba.
En pos del acuerdo, Taiana compartió varias reuniones con el saliente subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Thomas Shannon, y con el director del Consejo Nacional de Seguridad, Dan Restrepo, los encargados de llevar adelante las negociaciones, quienes transmitían avances y retrocesos a Hillary Clinton. En parte –interpretaban en la comitiva argentina– el acuerdo tuvo que ver con el deseo de la delegación norteamericana de no volver a Washington con un fracaso en la primera cita continental en la era Obama. “Ante la evidencia de que nada más se podía obtener, lo mejor era llevarse un éxito político”, evaluaban los argentinos, y en esto incluían tanto a los estadounidenses como a los bolivarianos del ALBA. Taiana prefería ponerlo en términos diplomáticos: “No se rompió el clima positivo que se había creado en la Cumbre de Trinidad y Tobago”.
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