La presidenta Cristina Kirchner viajará esta noche rumbo a Washington para sumarse a la comitiva internacional que acompañará mañana al destituido presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en su retorno al país luego del golpe de Estado. Junto a la Presidenta viajarán su par de Ecuador, Rafael Correa; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D’Escoto. Los equipos de seguridad de la OEA definían anoche cómo será el ingreso de la comitiva a Honduras: si directamente por avión desde Washington, o vía Costa Rica, o por otro medio a través de Nicaragua o El Salvador.

La noticia se conoció temprano, pero no fue confirmada hasta anoche. La Presidenta recibió la invitación de parte del propio Zelaya el lunes cuando hablaron por teléfono y respondió que sí. Pero desde entonces, y pese a la presión internacional, el gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti siguió avanzando en sus objetivos políticos, por lo que el periplo comenzó a ser puesto en duda. Por ejemplo, el venezolano Hugo Chávez contó que estuvo dos horas analizando el operativo reingreso con Zelaya y concluyó que era “un peligro”, tanto para el mandatario destituido como para quienes lo acompañen. Chávez no viajará.

Ayer, el fiscal general de Honduras aseguró que si Zelaya pone un pie en el país quedará detenido para responder por los delitos de que se lo acusa. Por eso, quienes se encontraban organizando los preparativos señalaron que, en caso de que a Zelaya y a sus acompañantes no se les permita ingresar a Honduras, la delegación retornará a Washington para una reunión inmediata de la OEA donde se analizará la situación y seguramente se le pondrán sanciones, como la separación de Honduras del organismo en aplicación de su carta democrática.

La noticia del viaje de la Presidenta se conoció junto a otras medidas sobre esta cuestión, con lo que Argentina pasó a mostrar una postura muy activa en el conflicto hondureño.

Para empezar, la Cancillería anunció que no enviará al embajador argentino designado para Honduras hasta que no se reestablezca el gobierno de Zelaya. Además, informaron que en la embajada en Tegucigalpa estaba alojado en calidad de asilado político un primo hermano del presidente desplazado, Armando Sarmiento, que se venía desempeñando como jefe del organismo recaudador de Honduras.

Por otro lado, el canciller Jorge Taiana presidió ayer la sesión extraordinaria que celebró la OEA en Washington. “De no tener éxito en las gestiones diplomáticas, se deberá suspender a Honduras de la OEA”, proclamó allí. “Aquí se juega no sólo la democracia de Honduras sino la fortaleza de los procesos democráticos en todo el hemisferio; por esta razón es que creemos que, de no tener éxito en las gestiones diplomáticas, debemos tomar la decisión de aplicar el artículo 21 de la carta democrática y suspender a Honduras”, insistió.

El vicepresidente Julio Cobos viajó a Ecuador para participar de una reunión extraordinaria de los presidentes de poderes legislativos de América latina para repudiar la alteración del sistema democrático en Honduras. Por último, el senador Daniel Filmus convocó para hoy a una reunión de urgencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta para analizar la situación en el país centroamericano luego del golpe.