Mié 20.01.2010

EL MUNDO • SUBNOTA  › UN PROGRAMA ARGENTINO AYUDARá EN LA RECONSTRUCCIóN DEL PAíS

Huertas contra el hambre

El plan Pro-Huerta fue implementado en 2005 con semillas y técnicos argentinos y ya beneficia a 11 mil familias rurales. Después del sismo, el programa será ampliado para brindar seguridad alimentaria a las víctimas de la devastación.

Además del Hércules cargado de alimentos y medicamentos, de las misiones de Cascos Blancos y de la asistencia médica, Argentina representa una semilla de esperanza para los haitianos mucho antes del terremoto que movió al país con la fuerza de una bomba. Una iniciativa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria es la responsable de que unas 11 mil familias rurales –situación en la que vive el 60 por ciento de la población– hayan conseguido su seguridad alimentaria en un país donde el alimento es déficit, importación y ayuda internacional. El programa que funciona con 1500 promotores locales se constituyó en “la red social más grande del país”, resaltó el embajador argentino José María Vázquez Ocampo y según el técnico de misiones internacionales del INTA, Daniel Díaz, el programa “tendrá un papel muy importante en la reconstrucción del país”.

Haití tiene una superficie que apenas supera a la de Tucumán, una población de 10 millones de personas y diez departamentos (provincias, en términos argentinos). El programa Pro-Huerta –creado por el Ministerio de Desarrollo Social y el INTA– tiene presencia en seis de ellos y el más afectado es el departamento oeste, donde se ubica Puerto Príncipe, pero “aunque no salgan en la tapa de los diarios, las demás localidades también fueron afectadas por el terremoto. Algunas hasta en un 80 o 90 por ciento”, explicó Díaz, que sólo pudo comunicarse con los técnicos haitianos que replican el programa en el norte del país, la zona menos afectada.

En Puerto Príncipe, las huertas urbanas y periurbanas que el programa desarrolló el último año en Cité de Soleil –el barrio más pobre y peligroso– se perdieron, pero en las localidades de las afueras el único escollo para reconstruir la red de trabajo es el corte de energía eléctrica, que hace imposibles las comunicaciones. “Estamos comenzando a restablecer los contactos desde el norte. Cuando se inicie el período de reconstrucción en Haití, el programa va a tener un desafío muy importante porque Haití es un país deficitario en el abastecimiento de alimentos y será necesario fortalecer la producción interna.”

El programa llegó en 2005 para trabajar con pobladores rurales que subsisten explotando una hectárea. Desde entonces, el INTA abastece de semillas y capacitación para los 23 técnicos haitianos que impulsan junto a 1500 promotores el desarrollo de la autoproducción, la calidad de la dieta familiar y la participación comunitaria para 70 mil personas.

En cuatro años y con la cooperación de países como España, Canadá y Japón, más el aporte del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Pro-Huerta avanzaba hacia 2010 con expectativas de producir nuevas semillas en suelo haitiano –cortando con la necesidad de las semillas del INTA– y avanzar en la creación de granjas. El terremoto retrasó todo.

Pero lejos de verse amenazado, el programa podría encaminarse a buscar logros como los que obtuvo en Argentina con cerca de 520 mil huertas que benefician a 3,5 millones de personas. Según Vázquez Ocampo, el proyecto promete avanzar sobre los diez departamentos isleños y pasar de brindar “seguridad alimentaria para también ofrecer seguridad en salud y educación”.

La proyección del embajador no es sólo una expresión de deseo sino que se comenzaría a trabajar con una delegación de la Organización de Estados Americanos para sumar esas áreas en el programa. “La reconstrucción, lo antes posible, de esta red de trabajo y solidaridad que teníamos con los promotores y organizaciones locales será el germen para ayudar de una manera distinta de cooperar en la reconstrucción: trabajando con la población sin imponer receta sino con los recursos que tiene Haití, que se suman a la capacidad de voluntad y la fuerza para sobreponerse a la tragedia. Cuando no se coopera tirando comida desde helicópteros, las personas hacen suya la ayuda.”

Informe: Nahuel Lag.

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