La victoria de Dilma Rousseff en la primera rueda de los comicios presidenciales en Brasil despertó muestras de adhesión en la Argentina, particularmente entre aquellos gobernadores de provincias vecinas a ese país. La idea que prevaleció en la Casa Rosada es que la candidata oficialista se impondrá con comodidad en la segunda vuelta y que la relación bilateral, que alcanzó un altísimo nivel de afinidad durante el mandato de Lula y de los Kirchner, se mantendrá en la misma senda.

Dado que la elección todavía no está definida, la Casa Rosada mantuvo un diplomático silencio, aunque no es secreto para nadie su favoritismo con la candidata de Lula. Más si se tienen en cuenta las habituales declaraciones del opositor José Serra y los dirigentes de su entorno poniendo en tela de juicio al Mercosur y la relación con la Argentina. Aunque todavía será necesario un tiempo de convivencia para que con el nuevo gobierno que surja en Brasil se vaya ganando confianza, en la Cancillería daban por descontado que con un poco de rodaje la relación será tan buena como con Lula. En principio, hablan de una línea de trabajo que se mantendrá inalterable con el Palacio de Itamaraty en el G-20, en foros internacionales y, obviamente, en la Unasur y el Mercosur.

Tanto fue el cuidado que la presidenta Cristina Fernández no hizo ninguna referencia en su cuenta de Twitter, como acostumbra últimamente. El canciller Héctor Timerman twitteó, pero sólo para hablar sobre el intento de golpe del jueves en Ecuador y anunciar su salida rumbo a Frankfurt, anoche, junto a la Presidenta.

Quienes sí hablaron fueron algunos gobernadores. Por ejemplo, el bonaerense Daniel Scioli, quien viajó a Río de Janeiro a seguir las elecciones desde allí, invitado por su par carioca Sergio Cabral. Celebró el “triunfo contundente” de su anfitrión y se mostró “a la expectativa”, a medida que llegaban los números que confirmaban que la candidata oficialista se imponía con comodidad, aunque no alcanzaba la mitad más uno de los votos necesaria para evitar la segunda ronda. “Lo más importante es que el gobernador de Río entendió que las mejores soluciones empiezan a llegar para el distrito a partir de la articulación con el gobierno federal y con los municipios”, destacó Scioli, con un guiño a su propia situación en la provincia que gobierna. Scioli auguró un avance en la “integración y complementación productiva” de ambos países.

En el mismo sentido, se manifestaron los gobernadores de Misiones, Maurice Closs, y de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Closs, que a través de la red social Twitter sostuvo que “más allá de la importancia de saber quién será el nuevo presidente de Brasil”, para su provincia “es vital saber quién gobernará Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná”, tres estados con los que, por cercanía, comparten proyectos de integración. Por el mismo medio, el entrerriano Urribarri aseguró que los brasileños “son amigos y socios muy importantes” para su provincia y celebró que “se consolida la democracia en la región”.

Por su parte, el representante especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería, Oscar Laborde, expresó su seguridad de que la candidata del PT “ganará en segunda vuelta”, porque los procesos políticos que se viven en la región entraron en un camino “sin retorno”. En tanto, el embajador brasileño en este país destacó que “cuanta más democracia haya en el continente, más integración será posible”.

El embajador brasileño en la Argentina, Enio Cordeiro, destacó en tanto que las buenas relaciones y el proceso de integración bilateral no corren riesgo, independientemente del resultado del ballottage, ya que se trata de “un patrimonio de las dos ciudadanías y así es visto por todo el espectro político brasileño y argentino”. Para Cordeiro, “lo fundamental es que haya procesos electorales que refuercen la democracia” porque “cuanta más democracia haya, más integración será posible” en la región. “Estamos haciendo la integración a partir de diferentes puntos de vista y de un ejercicio de convergencia que respeta las singularidades”, agregó el embajador.