El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que el 1º de enero dejará el gobierno en manos de Dilma Rousseff, presentó ayer un balance de sus ocho años de gestión en un documento que destaca las conquistas económicas y sociales. El balance abordó seis áreas vinculadas con desarrollo sustentable con reducción de las desigualdades, ciudadanía e inclusión social, infraestructura, inserción en el escenario mundial y soberanía, democracia y diálogo, y gestión del Estado y combate a la corrupción. Lula evitó el tono nostálgico al resaltar ante los 800 funcionarios invitados en el Palacio del Planalto que “esto no es un acto de despedida, es un acto de trabajo. Vamos a despedirnos después”. “Brasil cambió. Somos la nación del pre-sal. El país del Sur que, al contrario de las naciones de Europa y América del Norte, fue el primero en salir de la crisis. Somos la nación de la Copa del Mundo de 2014, de las Olimpíadas en 2016”, afirmó. El mandatario también dijo que la educación tuvo gran desarrollo en este período.