EL MUNDO
• SUBNOTA › ESCANDALO EN EL SENO DE LA UNION EUROPEA
Sospechan de la mano de Bush
› Por Eduardo Febbro
El viejo atlantismo en el seno de algunos gobiernos del continente europeo hizo añicos los esfuerzos para llegar a una posición común con respecto a la crisis iraquí. La carta firmada por ocho responsables europeos apoyando implícitamente la postura norteamericana con respecto a Irak puso entre la espada y la pared a los dos pilares de la unidad europea, Francia y Alemania. Desde que se desató la segunda crisis con el régimen de Saddam Hussein, Francia y Rusia primero y Alemania después asumieron una posición común para evitar que EE.UU. llevara a la práctica su concepto de “guerra preventiva” lanzando una operación unilateral contra Irak. París, con el apoyo de Moscú, indujo a la administración Bush a adoptar un perfil multilateral mediante la resolución 1441 del Consejo de Seguridad. En las últimas semanas, Alemania, que presidirá el Consejo durante el mes de febrero, unió su voz a la de Francia para recalcar que sólo una decisión de la ONU podía abrir el camino a una intervención. Sin embargo, para ambos países, nada justifica hoy que se desate una guerra.
La carta firmada por los Ocho rompe la apariencia de unidad que se había mantenido hasta ayer. Según reveló el canciller húngaro, el texto fue promovido por dos de los aliados más incondicionales de Washington en Europa, Gran Bretaña y España. Pese a que el golpe fue duro, Francia trató de restarle importancia a la carta abierta e insistió en mantener la postura que adoptó desde el inicio de la crisis. Berlín jugó la misma carta que París y llamó a los países europeos a aplicar “una posición común europea para la solución pacífica de la crisis”. Las reacciones oficiales apenas esconden el malestar que provocó un texto que fue prácticamente publicado en secreto. Más que el contenido en sí mismo de la misiva, fue la forma y el momento que se eligió para hacerla pública lo que provocó un auténtico terremoto. Muchos responsables del Viejo Continente ven la mano de Washington detrás de lo que aparece como una auténtica traición. Responsables griegos revelaron incluso que en diálogos que mantuvieron con Silvio Berlusconi y con Tony Blair nunca fueron informados de que se estaba preparando un anuncio común con otros seis países.
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