EL MUNDO
• SUBNOTA › HABLA ARMANDO BORRERO, ANALISTA COLOMBIANO
“Es un acto de desesperación”
› Por Mercedes López San Miguel
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla colombiana, han concentrado últimamente sus ataques en flancos urbanos. El analista colombiano Armando Borrero habló con Página/12 sobre el peligro de esa táctica: “Que (las FARC) tomen contacto con las estructuras delincuenciales de la ciudad y deriven en terrorismo”.
–¿Cómo interpreta el viraje hacia la guerrilla urbana?
–Las FARC vienen expresando su intención de llevar el conflicto a la ciudad, donde de entrada la lucha abierta es difícil. El riesgo es que acaben haciendo terrorismo y, de allí, se dirijan hacia su descomposición, pero en el medio provoquen mucho daño. Hay que tener en cuenta que el gobierno de Alvaro Uribe es más radical que su predecesor, que el diálogo está bloqueado. Las FARC persiguen el canje de prisioneros, y de este modo están haciendo presión. Además, piden una nueva área de despeje, mucho mayor de la anterior, y que abarcará dos departamentos enteros en el sur del país, o 140.000 kilómetros cuadrados. Una locura. O sea, buscan presionar al gobierno en todos los sentidos. Iría un poco más a fondo: probablemente las FARC estén debilitadas económicamente frente a un Estado más fuerte y estén minimizando el consumo de recursos.
–¿Cuál es el mensaje de la guerrilla para el presidente Uribe?
–Tenemos capacidad de golpear. Estamos intactos y podemos obligarlo a cambiar su política.
–¿Cómo interpreta política y militarmente el atentado de hoy?
–Es un acto de desesperación. Y peligroso. Es posible que con tanta cantidad de explosivo se quisiera generar un gran vacío para cuando aterrizara el avión. El pronóstico futuro es peligroso, porque puede poner a la guerrilla en contacto con las estructuras delincuenciales de la urbe, como son los narcotraficantes; porque ese contacto los puede conducir a un camino ya transitado hace 12 años, con Pablo Escobar. En suma, llevaría a la degradación del conflicto.
–¿Cómo se encuentra el proceso de negociación del gobierno con los paramilitares, en comparación con la guerrilla?
–Han sido muy discretos. Sé que han tenido encuentros, pero es todavía muy prematuro. Además, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) difundieron un comunicado en el que advierten que si sigue la escalada de violencia de las FARC, se echarán atrás con las negociaciones con el gobierno, para entrar a confrontar directamente con la guerrilla.
–En una etapa final de la negociación con los paramilitares, porque es innegable que hubo avances en ese sentido, ¿los paras se incorporarían a las fuerzas de seguridad y/o a la red de informantes civiles?
–No creo que hubiera incorporación alguna. Por empezar, porque hasta ahora no hay reivindicaciones, sólo especulaciones. Son los primeros contactos. No hay una negociación sustancial. Además lo veo difícil, porque en un conflicto con tres partes, no me parece que pueda haber paz con las AUC sin que haya paz con la guerrilla; debido a que las bases sociales de los paramilitares están intactas: los terratenientes, los grandes agricultores, la gente está interesada en obtener protección. Y difícilmente el Estado pueda dar protección en el campo. Entonces la paz se debe lograr en simultáneo, para desmontar la base social del conflicto.
–¿Qué opina de la búsqueda de apoyo de la comunidad internacional por Uribe y su analogía con el terrorismo y con Irak?
–Es una búsqueda de apoyo mundial para quitarles refugio en el exterior y detener la diplomacia paralela de la guerrilla. Pero principalmente el tema es Venezuela, porque el problema es de frontera. El terrorismo colombiano es doméstico. Obviamente me parece una exageración compararlo con la red Al-Qaida, lo cual puede ser un arma de doble filo, porque puede afectar las inversiones al ubicar a Colombia como un estado paria.
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