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• SUBNOTA › WASHINGTON VUELVE A LA CARGA EN NACIONES UNIDAS
A ver si ceden un poquito
En un panorama que se complica en lo diplomático y en lo militar, la administración Bush tratará de imponer a partir de hoy una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para lograr sacar algo de las hasta ahora férreas oposiciones de Francia, Rusia y China (países con poder de veto) a una segunda resolución que abra el camino de la guerra. Este nuevo borrador incluye requisitos de inspecciones de armas preparados para que Irak los rechace. Una fuente del gobierno estadounidense resumía la situación actual con una expresión pesimista: “Estamos otra vez en agosto”, en referencia al momento del pasado verano en el que Bush, atendiendo a su secretario de Estado, Colin Powell, decidió jugar la carta iraquí a través de la ONU.
Está confirmado que Estados Unidos, junto a Gran Bretaña, prepara una segunda resolución que puede presentar hoy o mañana. Hasta ahora, la intención era incorporar al texto la constatación de que Irak se encuentra ya en “violación flagrante” de la resolución anterior, lo que permite recurrir a las “graves consecuencias” que allí se contemplaban sin tener que incluirlas nuevamente. Ahora la idea cambió. Para progresar, cualquier resolución necesita nueve votos y ningún veto, por lo que el texto ha de ser suficientemente ambiguo.
El gobierno de Estados Unidos estudia que su propuesta sea un llamamiento a “restaurar la paz y la seguridad internacional”. No habría ultimátum ni referencias implícitas a la guerra, pero se podría llegar a ellas en una segunda fase si el texto incluye, como así parece, una serie de “pruebas” que el gobierno iraquí deberá superar en los próximos días. Se exigirá, entre otras cosas, acceso pleno, incondicional y privado a los científicos, destrucción inmediata de los misiles de largo alcance sin esperar a que se realicen más pruebas balísticas o de distancia, y apertura del espacio aéreo a vuelos de reconocimiento de aviones europeos, rusos y estadounidenses, algo que difícilmente aceptaría el régimen iraquí. Se habla ya de dos semanas de plazo para cumplir estos requisitos, el tiempo que falta hasta la próxima comparecencia de los inspectores ante el Consejo de Seguridad.
Si se logra el consenso en la imposición de condiciones, los países que ahora se oponen a la guerra se “apartarán del camino” –como suele decir el presidente Bush– si se certifica el incumplimiento por parte de Irak. Aun así, no es la última opción. Puede circular una resolución de compromiso que amplíe un mes las inspecciones y dé tiempo a Estados Unidos para recopilar pruebas que justifiquen sus acusaciones.
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