Andrés Rebolledo Barreno preside el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar. Es nieto de Andrés Barreno Pérez, fusilado a los 36. “Cuando mi abuela perdió a su marido, tuvo que dejar la pena y la tristeza a un lado para sacar adelante a sus cuatro hijos”, señala. La madre de Rebolledo Barreno tenía un año y medio, y sus hermanos, 3, 5 y 7 años. Atrás quedaron el pueblo, la casa humilde y la cría de pavos y gallinas. El dirigente de derechos humanos señala que, a partir del alzamiento contra la República, los pobladores no tuvieron más opción que huir, como hizo mucha gente, o intentar resistir. “Si te entregabas, no había posibilidad de sobrevivir, pues toda la gente que estaba ligada a los comités eran detenidos, torturados y fusilados”, sostiene. Su abuelo permaneció varios días escondido. Bajaba de noche a la casa para conseguir comida y a ver a su esposa e hijos.

Finalmente fue detenido y lo llevaron al Marrufo para torturarlo y sacarle información. Allí lo fusilaron. Su madre le contó que en ese momento su abuela salió a buscarlo y alguien le dijo: “No lo busque, pues lo han matado”. “Tenemos una asignatura pendiente con la verdad. Por eso reclamamos al gobierno central y a la Junta de Andalucía el cumplimiento de las responsabilidades hacia las víctimas, llevando a cabo las exhumaciones con todas las garantías del caso”, exige.