Considerado una “invención” política de Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, el Foro Social Mundial fue, en sus comienzos, una trinchera de resistencia contra el neoliberalismo tomando la posta inaugurada en 1994 por los zapatistas en Chiapas. Más tarde el foro comenzó a elaborar tesis propositivas que inspirarían acciones de gobiernos populares latinoamericanos, como las dos gestiones de Lula, rememora Genro en su despacho del Palacio Piratini.

“Una cuestión crucial abordada correctamente por la administración de Lula fue dotar al país de una estructura capaz de asimilar la globalización con autonomía y soberanía, Brasil está en la globalización, pero no de una manera servil y acrítica, y eso estuvo inspirado en el Foro Social Mundial”, observa el gobernador “gaúcho”. Siendo miembro del gabinete lulista, Genro planteó posiciones progresistas incomodando a la derecha nativa y externa.

Defendió la Comisión de la Verdad sobre los delitos cometidos por la dictadura disgustando a los militares y concedió refugio al italiano Césare Battisti, que en los ’70 militó en una organización armada, rechazando la extradición solicitada por Roma.

Genro recuerda que debido al caso Battisti, durante casi tres años mantuvo una polémica que desembocó en una crisis diplomática “con el gobierno italiano liderado por un ilustre ciudadano llamado Berlusconi, cuyo prestigio no es muy bueno ni siquiera en su propia tierra”.