EL MUNDO
• SUBNOTA › INVESTIGAN UN LUGAR DONDE PUDO HABER MUERTO SADDAM
Hurgando en la “última cena”
Por Luis Prados *
Desde Bagdad
Una compañía de ingenieros del Ejército de Estados Unidos ha empezado a desescombrar y limpiar el lugar donde el pasado 7 de abril pudo haber muerto Saddam Hussein tras ser bombardeado el restaurante de Bagdad en el que cenaba en compañía de sus hijos y otros jerarcas del régimen baazista. Los militares norteamericanos, que parecen estar convencidos de que las cuatro bombas antibúnker que arrojaron esa noche alcanzaron su objetivo, confían en encontrar restos humanos entre los escombros y someterlos a pruebas de ADN para confirmar la muerte del dictador iraquí.
Del restaurante, situado en el barrio de Al Mansur de la capital iraquí, no queda nada salvo algo negro que pudo ser una mesa de cocina blanca o el asa de una taza junto a un cráter profundísimo y enorme. La zona está acotada por vehículos blindados Bradley y soldados de la I División Acorazada, pero la operación de desescombro, en la que participan al menos cuatro bulldozers y más de una docena de camiones, es tarea de los ingenieros, una compañía de reservistas de Utah. El capitán D. J. Gibb, que está al mando, no quiere entrar en especulaciones sobre si encontrarán restos de Saddam o meterse en dibujos sobre pruebas de ADN, pero sí reconoce que con ellos “trabaja un grupo de científicos forenses, con un equipo muy sofisticado”. Los expertos examinan los escombros y la tierra que ellos sacan. A dónde la llevan es secreto. Los soldados sólo apuntan que se trata de “un lugar al sur de Bagdad”.
El capitán Gibb afirma que la operación empezó el martes por la mañana y que su misión “durará dos semanas” trabajando también de noche. A parte de posibles restos, también están limpiando la zona de bombas y balas sin estallar para garantizar la seguridad de los vecinos del barrio. El trabajo de los forenses, de los que hay que suponer que utilizarán las técnicas empleadas para la identificación de víctimas de las Torres Gemelas, llevará más tiempo.
Los vecinos, por su parte, como la mayoría de la gente de Bagdad, están convencidos de que Saddam escapó y está vivo, cosa a la que tampoco le dan mucha importancia porque aseguran que en estos dos meses Irak ha cambiado de forma irreversible. Ayer observaban todo el ajetreo norteamericano con escepticismo y sólo insistían en que en el bombardeo murieron 18 personas y no 14 como se dijo en un principio y que, de momento, sólo se han encontrado unos 10 cadáveres. Los norteamericanos bombardearon el restaurante del barrio de Al Mansur unos 45 minutos después de recibir el soplo de un informante asegurándoles que Saddam y sus íntimos se encontraban cenando en él.
La operación, la más grande lanzada hasta ahora por el Ejército de EE.UU. para confirmar la muerte de Saddam, se produce en pleno goteo de emboscadas y ataques contra las fuerzas norteamericanas. Los militares estadounidenses parecen estar convencidos de que existen en diversas partes del país bolsas de resistencia baazista a los que alienta la posibilidad de que Sadam esté todavía vivo, y hay crecientes rumores sobre la posibilidad de que lleven a cabo una operación de castigo contra las poblaciones de Falujah, Habaniya y Ramadi, situadas al oeste de Bagdad y donde se han producido los mayores incidentes.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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