La organización ecologista Greenpeace denunció ayer la fuga de uranio radiactivo en el complejo nuclear de Tuwaitha, al sur de Bagdad, y señaló que las fuerzas anglo-estadounidenses impiden el ingreso a la planta a expertos nucleares de Naciones Unidas y a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIAIEA). El equipo de Greenpeace, que visitó la región hace unos días, aseguró que los índices de radiación son mil veces superiores a los normales. “Si un desastre nuclear de este tipo hubiera tenido lugar en un país occidental, las poblaciones de alrededor de la planta de Tuwaitha serían ahora un enjambre de expertos en radiación y de equipos de descontaminación”, dijo Mike Townsley, coordinador de la campaña nuclear y de desarme de Greenpeace. “Los iraquíes no merecen menos de la Comunidad Internacional. Es un escándalo que debe ser rectificado”, agregó Townsley. Las autoridades estadounidenses en Bagdad niegan el riesgo que existe para la población local.