El canciller alemán, Gerhard Schroeder, confirmó ayer que no pasará las vacaciones de verano en Pesaro (Italia), como tenía previsto. Toda una bofetada al gobierno italiano que llevaba dos días intentando remediar el daño causado por el subsecretario de Turismo, el liguista Stefano Stefani, quien en un insensato artículo ridiculizó a los alemanes, que representan el 40 por ciento de los turistas que recibe Italia. Pero Silvio Berlusconi no pareció tomar en consideración el tema. Cuando los periodistas le comunicaron la decisión de Schroeder, Il Cavaliere se limitó a responder: “Lo siento por él”. Las autoridades de la provincia de Pesaro anunciaron que reclamarán daños al Ejecutivo de Roma. Y empresarios hoteleros españoles invitaron a Schroeder a que pase vacaciones en España.

De El País de Madrid. Especial para Página/12.