El papa Francisco se pronunció ayer sobre un caso de pederastia protagonizado por un grupo de sacerdotes españoles en el que él mismo intervino para que fueran apartados. “La verdad es la verdad y no debemos esconderla”, aseguró al responder a una pregunta durante el vuelo de regreso a Roma desde Estrasburgo. “¿Cómo lo estoy viviendo? Con gran dolor, con grandísimo dolor”, manifestó Jorge Bergoglio sobre un caso por el que fueron arrestados el lunes tres sacerdotes y un profesor de religión, tras la denuncia de un joven de 24 años que aseguró haber sufrido abusos sexuales cuando era menor de edad. “Recibí la carta, la leí, llamé a la persona y le dije: mañana ve a ver al obispo”, contó el Papa, quien forzó la apertura de la investigación. “Escribí al obispo para (decirle) que empezara el trabajo, hacer la investigación e ir adelante”, agregó Francisco. Una nueva denuncia se unió a la del primer joven, según informaron ayer fuentes judiciales citadas por medios españoles. La presentó el lunes por la tarde alguien que ya había declarado ante el juez como testigo. El caso está bajo secreto de sumario, por lo que no se conocen detalles. Se espera que los curas y el profesor de religión detenidos sean trasladados hoy ante el juez. Los religiosos pertenecen al llamado clan de Los Romanones, que recibe el nombre por el jefe del grupo, un sacerdote de nombre Román y quien está entre los arrestados. Captaban a monaguillos para, supuestamente, infundirles vocación religiosa y los sometían a abusos sexuales en orgías grupales.