EL MUNDO
“Este gringo Sánchez de Lozada va a renunciar, no aguanta un mes”
Cuando en septiembre seis personas de la localidad boliviana de Warisata murieron en un choque con el ejército, el líder de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y diputado del Movimiento Indígena Pachacuti, Felipe Quispe, le declaró la “guerra” al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Y con la represión militar del domingo, el líder de los aymaras anunció la radicalización de los cortes de ruta y la huelga general por tiempo indefinido hasta que “este gringo se vaya”. Fue fundador del Ejército Guerrillero Tupac Katari y durante el gobierno de Jaime Paz Zamora pasó cinco años en la cárcel, acusado de sedición y terrorismo. Este hijo de campesinos pobres que dejó la escuela en sexto grado está convencido de que “el indio no puede ser una masa votante” y que debe autogobernarse. En esta entrevista para Página/12, a punto de pasar a la clandestinidad, Quispe dijo que los indígenas “estamos dispuestos a capturar el poder político”.
–Sánchez de Lozada reiteró que no va a dejar su cargo. ¿Qué va a hacer la CSUTCB de ahora en más?
–Si no renuncia, vamos a seguir con los cortes de rutas y bloqueos económicos. Nadie va a poder entrar productos agropecuarios a La Paz. Las juntas y organizaciones vecinales, junto con el sindicato de choferes, han dicho que seguirán con el paro indefinido hasta que renuncie el presidente. Sánchez de Lozada ya no tiene que matar más: ya van cien muertos desde que asumió la presidencia. Es más: ¿por qué no arma las valijas y se va a su país, Estados Unidos? Pero va a renunciar, no va a aguantar un mes. Aquí en Bolivia, el indio cuida a los hijos de los blancos, les lava la ropa, les cocina. A pesar de que somos mayoría, sólo una pequeña minoría blanca nos maneja.
–El gobierno lo acusa a usted y al líder cocalero Evo Morales de instigar un golpe de Estado.
–Dijeron eso, pero la nación indígena no tiene fuerzas armadas. ¿Con qué vamos a pelear? ¿Con palos y piedras? Así que no podemos hablar de un golpe de Estado. Más bien parece que Sánchez de Lozada debe estar preparando su autogolpe. Nosotros estamos perseguidos por el gobierno, estamos casi clandestinos. Ahora estoy en La Paz, pero pronto voy a irme a mi comunidad, en el altiplano. Un político tiene que entregar su alma y cuerpo, así que no temo por mi vida.
–Esta no es la primera vez que este gobierno toma medidas contrarias a la voluntad del pueblo. Entonces ¿por qué la lucha contra la exportación de gas natural a México y Estados Unidos ha provocado tanta indignación?
–En primer lugar, el gas sale de territorio indígena y, en segundo, queremos que se anule la Ley de Hidrocarburos, que favorece a las petroleras trasnacionales. Junto a otras empresas estatales, Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) fue privatizada por este gobierno con muchas promesas que nunca se cumplieron. Pero ahora la gente de todo el país se ha dado cuenta de que el proyecto de exportación de gas del gobierno es un engaño. No queremos que se exporte el gas natural, que perfectamente se puede industrializar en Bolivia. Y venderlo al país que queramos, pero no a Estados Unidos, que hoy ocupa Irak y mañana puede hacer lo mismo en Bolivia.
–Además del tema del gas, ¿cuáles son las reivindicaciones de los aymaras?
–El gobierno tiene una cuenta pendiente con nosotros desde el 2000, cuando firmamos un convenio con 72 puntos que el gobierno no ha respetado. Estamos peleando por nuestras tierras y el respeto a los cultivos de coca, que es de hoja pequeña y no se puede transformar en cocaína fácilmente. Es nuestra hoja sagrada. Para muchos bolivianos, la coca es su alimento, su educación, su ropa. Y está el riesgo de que el gobierno la erradique, por eso ahora hay cortes en esa zona. También pedimos educación, energía eléctrica y agua potable para los indígenas. Pero ya no vamos a debatir: ahora estamos dispuestos a capturar el poder político.
–¿Cuáles son las diferencias entre usted y Evo Morales?
–El sólo habla de la coca y El Chapare. Creo que también reivindica el tema del gas, pero ahora no está haciendo nada, sólo se aprovecha de los medios. Es un oportunista. Mientras nosotros bloqueábamos las rutas, hacíamos huelga de hambre y recogíamos a nuestros muertos, él estaba en Libia paseándose. En 1997, firmó voluntariamente la erradicación de 7000 hectáreas de coca, aparentemente a cambio de beneficios personales.
Entrevista: Milagros Belgrano.