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El tercero en discordia
Chile no acepta “intervenciones de terceros países” en sus relaciones con Bolivia, advirtió ayer la canciller Soledad Alvear, sin aludir explícitamente a la molestia de su gobierno por las recientes declaraciones del presidente venezolano Hugo Chávez en un acto paralelo a la Cumbre Iberoamericana. Chávez apoyó la aspiración de Bolivia de un acceso al mar por territorio chileno. “Bolivia tuvo mar. Y yo sueño con bañarme en una playa boliviana”, dijo Chávez el sábado y agregó que un gobierno no puede “regalar las riquezas del país”, en referencia a las eventuales exportaciones de gas boliviano a través de un puerto del norte chileno. La ministra Alvear dijo ayer que su gobierno resolvió llamar a informar al embajador de Chile en Venezuela, Fabio Vío Valdivieso. La canciller explicó que Valdivieso debería llegar hoy a Chile.
Bolivia mantiene una ruptura diplomática con Chile desde marzo de 1978, cuando fracasaron las negociaciones del entonces presidente de facto Hugo Banzer con el dictador chileno Augusto Pinochet para obtener un acceso al Pacífico. La posibilidad de que Chile entregue facilidades a Bolivia para que exporte gas a los mercados de Estados Unidos y México fue analizada por los gobiernos de ambos países durante los últimos dos años, pero la decisión boliviana –que también tiene un ofrecimiento de Perú– está en suspenso, porque el asunto del gas fue detonante de su crisis política.
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