Mariano Rajoy y Pedro Sánchez cierran hoy la segunda ronda de conversaciones de los partidos con el rey Felipe VI sin haber sido capaces de plantear una solución al bloqueo político. Cuarenta y tres días después de las elecciones generales en España, ninguna formación ofreció ni siquiera un primer esbozo de negociaciones: lo único que expusieron fueron vetos cruzados. El PP sigue paralizado, culpando a los socialistas de su propia inacción y firme en su oposición a cualquier alternativa de un gobierno que no encabece Rajoy. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Sánchez, ya anticipó que no pactará con los separatistas catalanes o vascos en una eventual alianza progresista y reformista. Podemos les exigió a los socialistas que acuerden con ellos dejando sí o sí afuera a Ciudadanos, el otro partido emergente. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dijo que no apoyará un pacto PSOE-Podemos. Pablo Iglesias, líder de Podemos, le respondió a Rivera con la misma moneda: dijo que no respaldaría una alianza de los socialistas con Ciudadanos. De seguir así este escenario, habrá nuevas elecciones.