Cuatro gendarmes argentinos fueron levemente heridos ayer con palos por manifestantes en Kosovo mientras protegían un edificio público en el marco de los enfrentamientos entre kosovares serbios y albaneses. Los argentinos heridos, tres oficiales y un suboficial, integran tropas de Cascos Azules de Naciones Unidas y se encuentran en buen estado de salud, según informó Gendarmería Nacional.
Los choques interétnicos se iniciaron luego de que tres niños albaneses murieran ahogados en un río al cual se arrojaron cuando eran perseguidos por jóvenes serbios con perros, según contó un cuarto chico albanés que logró sobrevivir.
El comandante principal Luis Arturo Gómez, responsable de la base argentina en Kosovo, dijo por teléfono desde Prisren, Kosovo, sobre la crisis entre serbios y albaneses en Kosovo, que “era previsible una reacción en gran escala como la ocurrida. Incluso se encuentra dentro del análisis de la gente de Naciones Unidas que maneja las policías especiales internacionales”, dijo Gómez. El comandante argentino comentó que “manifestantes de origen albanés reaccionaron ayer en forma violenta contra personas de origen serbio atacando sus bienes muebles e inmuebles, con incendio de viviendas, por lo cual nos convocan para aplacar la situación”.
En un diálogo telefónico desde Prisren, 79 kilómetros al sur de Pristina, donde se encuentra la base de la Gendarmería argentina compuesta por 115 hombres, explicó que la misma situación se presentó hoy en otras ciudades de Kosovo. “Tratamos de controlar el mismo tipo de desmanes de la etnia albanesa contra la etnia serbia. Estamos a la espera de órdenes impartidas por la Oficina de Coordinación para Policías Especiales en Kosovo para el traslado de otras dos secciones, de 32 hombres cada una, a cualquier parte de Kosovo donde se siguen desarrollando disturbios”, informó.
La base de Gendarmería, a cargo del comandante principal Gómez desde hace un año, es un campamento armado con contenedores tipo barracas, con habitaciones para tres personas, en un campo cerrado.