EL MUNDO
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Sunnitas y chiítas contra el mismo odiado ocupante
Por Angeles Espinosa *
Desde Bagdad
Varios miles de chiítas y sunnitas marchaban desde la mañana de ayer desde Bagdad hacia la localidad de Faluja, situada a 50 kilómetros al Oeste y considerada un feudo de la resistencia contra la ocupación, seguidos de camiones cargados de víveres y medicamentos para ayudar a la población de esta ciudad, que sufre el asedio de las tropas aliadas desde hace cuatro días. Cazas estadounidenses bombardearon de nuevo la ciudad, mientras avanzaba la multitud al grito de “ni sunnitas ni chiítas: unidad islámica. Somos hermanos y no venderemos nunca nuestro país”, además de corear consignas contra EE.UU. y repetir eslóganes islámicos a favor de la “yihad” (guerra santa musulmana).
Bagdad amaneció inusitadamente tranquila para un jueves. La llamada a la huelga que desde la noche anterior hacían los imanes de las mezquitas sunnitas tuvo eco. Apenas había tráfico y la mayoría de los comercios estaban cerrados. Sólo en los patios de las aljamas había un revuelo inusual. Numerosos ciudadanos se acercaban para entregar alimentos, agua o medicinas para la sitiada Faluja. No eran únicamente sunnitas, como los habitantes de esa ciudad rebelde, muchos chiítas se han solidarizado con ellos. La doble ofensiva militar de Estados Unidos ha fomentado la unidad. “Hoy es el día de la unidad de los sunnitas, de la unidad de todas las confesiones frente al ocupante”, proclamaba el jeque Ahmed Abdelghafur al Samarrai, uno de los organizadores del convoy humanitario a Faluja. El jeque Al Samarrai hablaba en el patio de la mezquita de Um al Cora (Madre de Todos los Pueblos), la antigua Madre de Todas las Batallas, desde donde a media mañana partió la caravana de un centenar de vehículos, acompañada de miles de fieles de ambas ramas del Islam.
Los enfrentamientos de la última semana no sólo han unido a islamistas moderados y salafistas radicales (entre los sunnitas), sino que han llevado a sunnitas y chiítas a proclamar su solidaridad. Delegaciones de sunnitas han acudido a felicitar a los hombres del Ejército del Mehdi, la milicia del clérigo radical chiíta Muqtada al Sadr, y muchos chiítas han declarado su compasión por los habitantes de Faluja, el feudo de la resistencia sunnita, sometida a sitio desde la madrugada del pasado lunes.
De momento, no está claro que las declaraciones de apoyo se hayan traducido en una coordinación entre sus milicias, pero en el barrio de Adhamiya, feudo sunnita de la capital, testimonios coincidentes dan cuenta de la presencia de combatientes chiítas durante los enfrentamientos con las tropas de la fuerza ocupante de las últimas noches. “Han tocado la fibra nacionalista”, explicaba por su parte el jeque Harez Suleimán al Dari, secretario general del Comité de los Ulemas. “Los iraquíes, todos los iraquíes, se han dado cuenta de que no hay más que un solo enemigo”, añadía. A su alrededor, los voluntarios coreaban: “¡No hay más Dios que Dios y EE.UU. es el enemigo de Dios!”.
A la espera de las consecuencias políticas de este acercamiento entre dos comunidades cuya convivencia, en palabras de un diplomático europeo, “se estaba pudriendo”, los últimos incidentes han aguijoneado a la comunidad sunnita. Sus tres escuelas de pensamiento en Irak (salafíes, sufíes y hermanos musulmanes) se han coordinado en un Consejo Consultativo que quiere ser un faro para todos los sunnitas al estilo de la Hawza de Najaf para los chiítas.
“Tras unas negociaciones que se han prolongado toda la noche, la Cruz Roja iraquí ha obtenido el permiso de la fuerza angloamericana para hacer llegar provisiones a la población de Faluja”, ha explicado el imán de la mezquita. “El pueblo iraquí quiere mostrar su solidaridad con nuestros hermanos que están siendo bombardeados por aviones y vehículos de combate. La gente está trayendo todo tipo de víveres para que se los hagamos llegar a la población de Faluja”, añadió.
Sin embargo, fuentes militares estadounidenses aseguran que entre la multitud hay numerosos miembros de la milicia del clérigo radical chiíta Al Sadr, el denominado Ejército del Mehdi. Portan banderas iraquíes, retratos de Sadr y algunos del jefe líder espiritual de la organización palestina Hamas, el jeque Ahmed Yassin, asesinado por Israel hace unas semanas. Barrios de Faluja sufrieron nuevos bombardeos de cazas F-16 estadounidenses. Según el corresponsal de la cadena de televisión qatarí Al Jazira, estos bombardeos han causado más de 40 heridos.
Sobre la situación en Faluja, el general estadounidense Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas de ocupación, ha señalado que las tropas bajo su mando desarrollan operaciones “bien definidas pero limitadas”, al tiempo que ha reconocido la existencia de mediaciones para la pacificación de la localidad. Faluja vive en estado de sitio desde el lunes, cuando las tropas de la ocupación lanzaron una vasta operación, la más importante desde el fin de la guerra hace casi un año, en busca de los autores del asesinato y mutilación la semana pasada de cuatro civiles de EE.UU. que trabajaban como escoltas privados. Desde el lunes, según fuentes médicas, han muerto sólo en esta ciudad entre 280 y 300 iraquíes y más de 400 han resultado heridos. Mientras tanto, alrededor de 3000 iraquíes se han manifestado también ayer en Mosul, una ciudad mayoritariamente sunnita conservadora al norte del país, en solidaridad con Faluja.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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