Por Tom Carver *

- Dice algo de las tácticas de “no tomar prisioneros” de la Casa Blanca que George W. Bush haya pronunciado un crucial discurso ante la Asociación de la Guardia Nacional en la misma semana en que las acusaciones sobre su propia experiencia en la Guardia Nacional se desparramaron por todos los medios periodísticos. La Casa Blanca rechazó una invitación a hablar ante la Asociación, presumiblemente porque nadie quería llamar la atención a las ausencias de Bush en su servicio militar. Pero su estratega, Karl Rove, cambió rápidamente de dirección tan pronto como se enteró de que John Kerry iba a aparecer ante la Asociación. La política de Rove es: si se viene un obstáculo en la ruta, no lo evites; mejor acelera directamente hacia él. No podrían haber sabido que CBS se dispararía en ambos pies. La cadena televisiva afirmó tener memorándum que mostraban que funcionarios de la Guardia Nacional fueron obligados a “endulzar” la foja de desempeño de Bush en la Guardia, pero han surgido serias dudas sobre la autenticidad de los documentos.
- De escuchar a algunos demócratas, uno pensaría que la campaña ya está perdida. Uno culpó por eso al hecho de que los principales asesores de Kerry solían trabajar con otros, tales como Teddy Kennedy, Bill Clinton e incluso Michael Dukakis. Rove, por contraste, ha estado junto a Bush a todo lo largo de su carrera política. El último demócrata exitoso, señala mi fuente, deliberadamente evitó a veteranos de campañas pasadas. Bill Clinton construyó su victoria de 1992 permaneciendo en Little Rock y reclutando su propio equipo de Muchachos Maravilla, como George Stephanopoulos y James Carville, que entonces le debieron todo.
“No es una sorpresa que Kerry esté detrás en las encuestas –me dijo ácidamente mi demócrata–. La mayoría de los que están en su equipo sólo saben cómo perder.”
- George W. Bush no se enreda tanto en sus oraciones como solía hacerlo, pero cada tanto produce la frase que deja atónito a todo el mundo. Lamentándose por el problema de los juicios por mala praxis médica, declaró que demasiados obstetras “son incapaces de hacer el amor con mujeres a todo lo largo del país”. A lo mejor pensó que no había suficiente mala praxis médica. Pero aunque Bush es el candidato con la lengua torcida, John Kerry cometió un extraño lapsus al llamar al hogar de los Green Bay Packers, el famoso equipo de fútbol americano, “Lambert Field” en lugar de “Lanbeau Field”. Un pequeño desliz, pero Rove se ha asegurado de que nadie se olvide de él en Wisconsin, el hogar de los Packers.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.