EL MUNDO
• SUBNOTA
OTRAS VOCES, OTROS AMBITOS
Anibal Ibarra*.
“Esto no incide
sobre Lula”
Lula ganó la presidencia por su relación con la sociedad, no por el triunfo del PT en los estados de Brasil, donde no tenían presencia. Los resultados de las elecciones regionales no los veo como un plebiscito a Lula, porque juegan mucho los intereses locales en su definición. No es Lula el que se juega en estas elecciones. No está la candidatura de él en juego. Por supuesto que la clave está en San Pablo. Una victoria o una derrota en San Pablo significaría un respaldo o un costo político para Lula. El poder de Lula viene de la sociedad. Por eso Lula ganó las presidenciales sin haber ganado en los estados.
* Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Atilio Boron*.
Un margen de
incertidumbre
Un primer balance, con toda la provisoriedad que permiten los datos preliminares, permite tener dos conclusiones de resultados electorales en Brasil. Hay una victoria muy significativa en algunas ciudades, tal es el caso de Belo Horizonte y Recife, donde los resultados fueron muy superiores a lo esperado. Esto parecería avalar la estrategia adoptada por el gobierno del PT de ampliar sus bases de sustentación con nuevas alianzas en regiones y ciudades donde su presencia nunca había sido excesivamente gravitante. Indudablemente que la mejoría de alguna indicación macroeconómica parece haber colaborado para que esa estrategia diera sus frutos en alguna importante ciudad de Brasil. La otra conclusión es que en algunos de los bastiones tradicionales del PT, como Porto Alegre y San Pablo, los resultados, si bien no son negativos, dejan abierto un preocupante margen de incertidumbre. Se trata en estos dos casos de dos ciudades muy significativas e importantes para el PT: en un primer caso San Pablo, nada menos que la capital industrial y económica de Brasil y un municipio cuyo presupuesto público es el tercero en importancia luego del Estado nacional y el gobierno estadual de San Pablo. En el caso de Porto Alegre, se trata de la capital histórica del PT, el lugar donde ese partido realizó sus primeras experiencias de gobierno, y fundamentalmente, donde puso en marcha el presupuesto participativo. El hecho de que en estas dos ciudades se deba recurrir a una segunda vuelta plantea graves interrogantes para el futuro del gobierno de Lula porque una derrota en alguna de estas ciudades o en ambas tendría gravísimas consecuencias para el resto de la gestión del actual gobierno. El complejo juego de alianzas que seguramente ya se ha puesto en marcha decidirá el futuro de estas dos ciudades estratégicas. Una derrota a manos de José Serra –que como se recordará fue candidato presidencial de Cardoso– acotaría el margen de maniobra de Lula y precipitaría el inicio de una campaña presidencial mucho antes de lo esperado. Una segunda vuelta de Marta Suplicy ratificaría de alguna manera la orientación del gobierno del presidente Lula y podría, eventualmente, proyectar a la actual alcaldesa a una situación de presidenciable si el gobierno de Lula tropezara con inconvenientes en la segunda parte de su gobierno. Es una hipótesis que suscita muchas resistencias dentro del PT, porque es una candidata que no tiene capacidad de tracción fuera de San Pablo. En Porto Alegre la nueva victoria del PT restauraría a uno de los mejores alcaldes en la historia de la ciudad, Raúl Pont, y serviría como mensaje para el gobierno en elsentido de que una candidatura distanciada de la orientación económica de Brasil ratificaría por cuarta vez consecutiva el predominio en la ciudad gaúcha. En todo caso, el tema de las alianzas es sumamente delicado, porque si se establece con fuerzas políticas ajenas a las tradiciones originarias del PT, el probable triunfo electoral bien podría servir solamente para generar una nueva frustración y alejar, tal vez, por muchos años, la posibilidad de construir en Brasil una genuina alternativa al neoliberalismo, cosa que por ahora no se vislumbra, observando las iniciativas que se adoptan desde Brasilia.
* Politólogo, secretario ejecutivo del Clacso.
Graciela F. Meijide *.
Dos candidatos
del Mercosur
Es bien diferente lo que pasa en San Pablo de lo que pasa en Río de Janeiro, donde la disputa es entre una derecha no muy comprometida con la integración con el Mercosur, y el Partido de los Trabajadores, que sí lo fomenta. En cambio, en San Pablo quisiera que ganara Marta Suplicy por el PT; en esta ciudad tenemos una interna que se disputa entre dos candidatos que favorecen el Mercosur. Son dos posiciones partidarias con una mirada moderna de país latinoamericano que favorecen a un país con tanto potencial como Brasil. Además de Suplicy, tenemos por un lado a José Serra que va por el Partido Social Demócrata de Fernando Henrique Cardoso, otro presidente más amigo del Mercosur. Que Brasil eligiera a Cardoso hizo posible que se eligiera a Lula. Ojalá en la Argentina hubiera una oferta electoral que fuera de la calidad de la que ofrece en este momento San Pablo, donde los candidatos proponen un cambio positivo. Por supuesto, quiero que gane Marta Suplicy, porque la idea es que se fomente el gobierno de Lula.
* Ex ministra de Desarrollo Social y Medio Ambiente.
Alcira Argumedo*.
Un llamado
de atención
En una primera impresión, esto es un fuerte llamado de atención para el PT. Ir para segunda vuelta en Porto Alegre quiere decir la caída de capacidad de consenso. En San Pablo, otro bastión histórico, lugar de nacimiento del PT, famoso ABC, que haya también segunda vuelta no alcanza a ser voto castigo, pero sí es un fuerte elemento de atención al gobierno de Lula. Una fracción importante de votantes del PT, en este año y medio, protesta ante las promesas del PT que no se cumplen, como el programa Hambre Cero, que no se implementó, ni el famoso aumento de salarios. Suplicy en esta nueva etapa, en vistas de la salida de la recesión, habló de los salarios. Pero, en general, las expectativas del 2003 respecto del gobierno han bajado. No hay una diferenciación marcada entre la política económica del PT respecto del de Fernando Henrique Cardoso. Si bien volvió a subir la popularidad de Lula en un 60 por ciento, no fue así con la aprobación a su gobierno que bajó al 40 por ciento. El gobierno de Lula mantiene una continuidad política con Cardoso. El PT no ha respondido con la contundencia esperada, en un Brasil donde la exclusión y la marginalidad tienen niveles inauditos. Da la impresión que el gobierno apuntó a tener rasgos de prudencia, hacer buena letra con el FMI, y no a las propuestas asistencialistas de un principio: cedió a las presiones deEstados Unidos. Por los resultados preliminares de las elecciones regionales se podría decir que hay un claro llamado de atención, sobre todo por la segunda vuelta en Porto Alegre, lo que es simbólico por la tradición del PT en esa ciudad.
* Socióloga.
Nota madre
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