Por Tim Carver *

- Después del debate del miércoles, un periodista republicano me confió que pensaba que John Kerry iba a ganar las elecciones. Para mi sorpresa, no pareció enojado con esa perspectiva.
“Muchos republicanos querrían borrar la sonrisa de la cara de Karl Rove”, me confesó. La pretenciosidad de esta Casa Blanca ha irritado a muchos republicanos por largo tiempo, pero antes de esta semana no se habrían atrevido a expresar su irritación en voz alta. Sin embargo, mucha de la gente de Bush ahora parecen sentir que podrían dormir tranquilos por la noche si Kerry fuera elegido presidente.
Un indicador de que el campo de Bush está preocupado: Rove, Karen Hughes y otros súbitamente están disponibles para hablar a la prensa. En los últimos días han estado haciendo apariciones periódicas en el centro de la banda viajera de la prensa de diarios nacionales y cadenas de televisión, un grupo al que usualmente menosprecian en favor de los medios locales, más maleables.
Pregunté a Karen Hughes esta semana cómo podría ser reelecto el presidente con un porcentaje de aprobación inferior al 50 por ciento. “Estas encuestas suben y bajan –me contestó–. La única encuesta en que creo es la del 2 de noviembre.” Esta es la clase de cosa que dicen los asesores de imagen cuando no les quedan más balas.
- Los niveles de empadronamiento que se están registrando en la mayoría de los estados están caotizando las encuestas de opinión. La gente que acaba de empadronarse no está en la lista de votantes empadronados que usan las encuestadores para llamar a la gente y averiguar por quién piensan votar. De modo que el resultado del 2 de noviembre podría marcar una diferencia de cinco o seis puntos en cualquier dirección. Los demócratas creen que una mayor participación los ayuda, porque en una mala economía los políticamente apáticos probablemente votarán en contra de un presidente en funciones, y porque los apáticos son a menudo los pobres que favorecen a los demócratas. Mike McCurry, uno de los operadores políticos más astutos de Kerry, me dijo esta semana que 180.000 demócratas más que los republicanos se habían empadronado en Cleveland, Ohio: suficiente para darles el Estado.
- El senador demócrata Mark Dayton de Minnesota se ha convertido en el primer legislador en fugarse de Washington. Dijo que estaba cerrando su oficina en la capital luego de recibir un informe de inteligencia sobre ataques terroristas antes de las elecciones. Afirmó que el Congreso estaba ahora en receso por las elecciones y que su conciencia no le permitía dejar a sus jóvenes lugartenientes en Washington mientras él descansaba en la seguridad de Minnesota. Admitió que su equipo estaba bastante sorprendido por su anuncio. De acuerdo con el jefe de seguridad del Capitolio, el informe no hizo mención alguna de un ataque al Congreso. Su vecino en el Senado, el republicano Jeff Stevens, mandó una carta a Dayton preguntándole si podía usar su espacio de oficinas.
Existe, no obstante, mucha especulación de que la Casa Blanca va a subir el nivel de amenaza en la semana final para maximizar el apoyo a Bush. Pero un estudio de la Universidad de Minnesota muestra que eso podría tener el efecto opuesto. Cuanto más piense la gente que pueda haber un ataque terrorista, menos apoyará a Bush, según el estudio.
- A medida que se acerca Halloween, si querés saber quién va a ganar, olvidate de los encuestadores y mirá las ventas de máscaras. Los gurúes –esto es, los fabricantes de máscaras– afirman que en los últimos 30 años han podido predecir al próximo presidente según la máscara que más se vende. Hasta ahora, de acuerdo con BuyCostumes.com, George W. Bsuh está en camino de ser reelecto con un 53 por ciento de los votos.
Otros difieren, diciendo que la gente compra a menudo la máscara de la persona a la que quieren ridiculizar, no apoyar. Pero recuerden: las máscaras han adelantado correctamente los resultados de las últimas seiselecciones –aunque de hacerse una encuesta en regla, el presidente sería el Hombre Araña, seguido por el Ratón Mickey–.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.