EL MUNDO
• SUBNOTA › SAMY NAIR, ASESOR DE JEAN-PIERRE CHEVENEMENT
“El PS no tiene un proyecto”
Por E. F.
Universitario, ensayista de renombre y mano derecha de Jean-Pierre Chevènement en el Movimiento de los Ciudadanos, Samy Nair es una de las voces críticas más escuchadas en Francia. En esta entrevista con Página/12, el dirigente político que se mudó de la izquierda a las filas del partido creado por el ex ministro de Defensa e Interior asegura que no cree que la izquierda cuente hoy con los medios para reorganizarse rápidamente.
–¿Qué análisis puede hacerse de estas dos semanas de protestas y de la victoria de Jacques Chirac? ¿Puede pensarse que, a pesar de todo, la izquierda es capaz de ponerse de acuerdo y llegar unida a las legislativas?
–Mire, lo que pasó aquí es que, en primer lugar, ganaron los valores de apertura y de tolerancia. Ganaron los valores de la ciudadanía, de la igualdad, de la solidaridad, de la libertad, los valores que corresponden a una concepción multiétnica y multiconfesional e universalista. La República francesa derrotó a la concepción fascista, intolerante y racista de Jean-Marie Le Pen, que es una vergüenza para este país. Seguramente, de ahora en más los partidos políticos van a proponer proyectos y estoy seguro de que habrá un acuerdo general para enfrentar a la extrema derecha. Sin embargo, no me parece posible que hoy haya un acuerdo general de la izquierda.
–¿Por qué?
–La izquierda está muy dividida y carece de proyecto. Pienso también que, hoy por hoy, el Partido Socialista no tiene la capacidad de encontrar un proyecto de cohesión, no cuenta con un proyecto para unir en torno a él todas las fuerzas que representa. Al fin y al cabo, estas elecciones resultaron un durísimo castigo, fueron en contra de la política del PS. Y ello se debe a que el PS no llevó a la práctica una política social sino una acción no muy distinta a la de la derecha. Más bien, impulsó una política social-liberal. Por lo tanto, el PS tendrá muchos problemas para reunir a todas las fuerzas de izquierda.
–Y Jacques Chirac, acaso el 82 por ciento hacen de él un presidente legítimo o, como lo señalan los líderes del PS, no fue electo para gobernar sino para defender la democracia.
–Bueno, esto es una paradoja que se agrega a la paradoja del resultado de la primera vuelta. El problema radica hoy en saber qué significan estos resultados más allá de la reacción republicana de la sociedad francesa. Esa reacción que luego se trasladó a las urnas no significa una adhesión a Jaques Chirac. Creo que se deben destacar dos cosas: una, Jean-Marie Le Pen no ganó mucho más de lo que sacó en la primera vuelta; dos, los problemas reales quedan vigentes. Esta elección no tiene ningún sentido en lo que concierne el programa de Chirac. Se trata de un presidente legal pero cuya legitimidad es muy débil. Yo diría incluso que Chirac tiene una legitimidad herida. Las elecciones legislativas serán una tercera vuelta y ahí se planteará el problema de las relaciones de fuerza, allí veremos los rostros de los auténticos republicanos y de aquellos que defienden una concepción estrictamente formal, liberal, de la República.
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