El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, sorprendió ayer a la opinión pública cuando estrechó la mano del primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee (foto), al iniciarse la cumbre de presidentes del sudeste asiático en Katmandú. Musharraf declaró que tendía “la mano de una amistad sincera al primer ministro de India”. No obstante el gesto, nada indicó que las reñidas posiciones entre ambos vayan a modificarse por ahora. Aunque Vajpayee declaró “sentirse contento”, no vaciló en insistir sobre la exigencia que pesa sobre Pakistán de que tome medidas contra los grupos fundamentalistas que actúan en la parte paquistaní de la región del Kashmir y arreste a los responsables de los ataques al Parlamento indio. “Ahora el presidente Musharraf –dijo Vajpayee– debe dar un gesto para impedir cualquier actividad en Pakistán o en el territorio en control de Pakistán que permita a los terroristas acciones violentas contra India.” Asimismo, los cancilleres indio Jaswant Singh, y paquistaní, Abdul Sattar, se reunieron ayer extroficialmente en un hotel de Katmandú, primer acto de distensión de los últimos diez días.