El presidente Néstor Kirchner sostuvo anoche que el gobierno argentino sigue “con mucha angustia” la situación en Bolivia y expresó su “respeto” por el renunciante presidente Carlos Mesa. “Esperamos que se pueda superar”, señaló Kirchner cuando lo consultaron sobre la crisis boliviana. Además, reafirmó el respaldo de su gobierno a la continuidad “institucional” de ese país. El Presidente habló al cierre de una jornada en la que la posición argentina había quedado manifestada a través de un comunicado del Grupo Río, cuya presidencia pro tempore ejerce el canciller Rafael Bielsa. Allí se manifestó “una solidaria preocupación” con la situación boliviana y voluntad de cooperar. Al mismo tiempo, se hizo una explícita ratificación del principio de no intervención. La Argentina y Brasil se encargaron de redactar también la declaración sobre Bolivia que firmó la OEA. Por si fuera poco, hubo un comunicado del Mercosur. Fuera de esa vocación redactora, la Cancillería consideraba que sólo le quedaba esperar el desarrollo de los acontecimientos. “Es un poco como el 20 de diciembre en la Argentina. ¿Qué podían hacer los otros países?”, argumentaban en la delegación argentina. Con todo, reconocían que la situación era explosiva: “Desde hace días que hay 50.000 tipos en la calle y del otro lado hay intereses muy importantes en juego”.