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Un huracán que comienza por golpear al petróleo
Con cinco millones de barriles de crudo menos, un total de 20 refinerías están fuera de servicio en el área del huracán.
› Por Sandro Pozzi *
Desde Nueva York
La industria petrolera y Wall Street seguían ayer atentamente la aproximación del ciclón Rita a la costa del Golfo de México, donde se concentra la mayor cantidad de plataformas petrolíferas y refinerías del mundo. Como medida preventiva, a 24 horas de que Rita tocara tierra, el equivalente a cinco millones de barriles de crudo quedó fuera de producción, aunque se auguraba un daño menor del previsto por la caída en la intensidad del huracán.
Las refinerías cerradas en la zona suman ya 16, a las que hay que agregar las cuatro que siguen sin producir en Louisiana tras Katrina. Esto está provocando que en las horas previas al golpe de viento y agua de Rita, el 92 por ciento de la producción de crudo en la costa del golfo estuviera ya fuera de la producción. En el caso del gas natural, la proporción era del 74 por ciento. La paralización de las refinerías dejó fuera del sistema alrededor de 2,2 millones de barriles de gasolina, 1,2 millón de combustible destilado y 600.000 barriles de nafta de aviación. El daño provocado por Katrina a comienzos de mes dejó en un primer momento 2,2 millones de barriles fuera de producción, que en los días sucesivos quedó en 875.000 barriles. A todo esto se suma que las otras plantas están operando a menor intensidad en el procesamiento del crudo y del gas natural. Y hay un problema adicional, porque las refinerías cerca de Nueva Orleans siguen seriamente dañadas y podrían verse afectadas de nuevo por las inundaciones. Por eso, los analistas siguen creyendo que el impacto de Rita en el sector del refinamiento será mayor que Katrina.
El Golfo de México representa el 27 por ciento de la producción total de petróleo y el 24 por ciento de gas natural en EE.UU. Sin embargo, y a pesar de los peores augurios, el precio del crudo de referencia en EE.UU. y el del gas natural se redujo sustancialmente durante la jornada de ayer, mientras los operadores se mantenían a la espera de conocer la magnitud de los daños. El mercado contaba el jueves con un golpe directo del huracán en Houston. Ayer tenía más confianza y calculaba que el 28 por ciento de la capacidad de refinamiento en la zona estaba amenazada por Rita, gracias a su debilitamiento. El Departamento de Energía retiene la posibilidad de volver a recurrir a las reservas estratégicas de petróleo. Aunque, como señaló el secretario Samuel Bodman, es una opción para casos de necesidad “inminente”. La Agencia Internacional de la Energía también está en alerta. En paralelo, los operadores de electricidad están haciendo un esfuerzo de última hora para evitar cortes del suministro como los que se vivieron tras Katrina y para responder con rapidez.
Entretanto, los economistas hacen cálculos para adivinar cómo afectará la disrupción energética en el bolsillo de los consumidores, sobre todo mirando al alza en los precios del combustible para calefacción y del gas natural este invierno. Pero la espiral en el precio de las gasolinas no es lo único que preocupa a los estadounidenses, que temen por un incremento de los impuestos para financiar la reconstrucción de la zona devastada. La Casa Blanca responde que va a examinar “todas las áreas del presupuesto para recortar gastos innecesarios”. Sin embargo, descarta de momento reducir el presupuesto militar en Irak y mantiene su objetivo de reducción del déficit para este mandato.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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