Con Nueva Orleans casi vacía una vez más y las lluvias del huracán Rita comenzando a azotar la golpeada ciudad, las calles transmiten ecos perturbadores de perros aullando, miles de ellos, abandonados al comienzo de Katrina y considerados cada vez más como un riesgo para la salud y una amenaza. Los voluntarios protectores de animales y los expertos en salud pública dicen que muchos de los animales que todavía vagan por las calles son salvajes, algunos entrenados a luchar para diversión de los humanos y otros simplemente llevados a situaciones extremas por la necesidad de sobrevivir.
“Vemos cómo los perros se comen a otros perros”, dijo Wendy Guidry al New York Times. Hasta la orden de evacuación por Rita, los perros estaban siendo evacuados de la ciudad. A medida que pasa el tiempo, sin embargo, más y más perros son encontrados enfermos. Unos 60 casos han sido lo suficientemente serios como para garantizar la eutanasia. A diferencia del modo en que se manejó a la población humana, los animales provocaron esfuerzos compasivos y enérgicos por parte de los socorristas al comienzo del huracán Katrina. Miles de mascotas de Nueva Orleans separadas de sus dueños fueron evacuadas y llevadas a refugios especiales en los pueblos y ciudades cercanas. Como la población de mascotas de Nueva Orleans era tan alta como 70.000 antes de la tormenta, miles si no decenas de miles están siendo abandonadas.
El aullido de los perros, sobre los techos, en los pisos altos de edificios inundados, y en las calles, fue una de las características más perturbadoras de la ciudad en los días después de la tormenta. Los socorristas y los periodistas que vadeaban través de las calles inundadas ocasionalmente golpeaban contra un perro ahogado.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: C.D.