Conocida por darse el tiempo para tomar decisiones, Bachelet está encaminada a dar forma a la composición del futuro gabinete. Insiste en que habrá hombres y mujeres por igual, pero no confirma o niega nombres. Postulantes sobran en la sede de su comando y muchas son las caras de interrogante. El peso de esa decisión radica en lograr armonía entre las distintas patas del oficialismo. La derecha dice aspirar a ser “más alianza”, dado que no pudo con la fuerza superadora de la Concertación. La Renovación Nacional (RN) y la Unión Democrática Independiente (UDI) se llenan de palabras como “liderazgos múltiples”, mientras mascullan la derrota del domingo.

El día después de los comicios, la expectativa entre las filas oficialistas es cómo queda el rompecabezas ministerial de la Concertación, una alianza entre el Partido Socialista, el PPD (Partido por la Democracia), el Partido Radical y la DC (Democracia Cristiana). Gutenberg Martínez (DC), ex presidente de la Cámara de Diputados y marido de la ex presidenciable y senadora electa Soledad Alvear, dijo a Página/12 que espera que en la composición del gobierno “se respeten los equilibrios entre el mundo laico y el humanismo cristiano. Va a haber que restablecer el equilibrio, dado que cedimos espacio parlamentario”. En la primera vuelta, la Concertación obtuvo la mayoría en ambas Cámaras, un hecho inédito. De esta forma, como declaró el senador socialista Carlos Ominami a este diario, “no hay excusa para no llevar adelante la agenda”. El pasado 11 de diciembre, el PS obtuvo ocho bancas (antes tenía 5), el PPD subió de dos a tres escaños, al igual que el PR (los tres partidos representan el bloque a la izquierda de la izquierda) y la DC se vio debilitada con seis bancas (tenía 11). Desde el 11 de marzo, día del traspaso de mando a Bachelet, el Congreso quedará conformado sólo por parlamentarios electos, que suman 38. La oposición cuenta con 17 escaños (la UDI con 9 –tenía 11– y RN con 8 –tenía 7–).

Dado el excelente resultado en la segunda vuelta, leído por los analistas como consecuencia en parte del buen funcionamiento en bloque de la Concertación, se especula con que la DC obtendrá importantes ministerios. El senador DC Alejandro Foxley y Mario Marcel, director de Presupuestos, reconocieron a Diario Siete que les encantaría participar en el gobierno (de hecho, circula que el primero iría para Cancillería o Economía y el segundo a Trabajo).

Dentro de la DC, la interna se da entre los disidentes como Alvear y Martínez y los colorines (por el color de cabello de Zaldívar, menos progresistas) representado por el presidente de la DC, Adolfo Zaldívar. En marzo habrá una asamblea nacional de la DC donde Alvear puede llegar a competir con Zaldívar por la presidencia del partido. Según Alejandro Foxley, Bachelet va a armar un equipo bien ensamblado. La mayor incógnita es quién se queda con la cartera de Interior. Un misterio entre pasillos.

Mientras, la derecha chilena disimula los mutuos reproches entre el partido del Sebastián Piñera, RN, y el de Lavín, UDI. Fue un matrimonio por conveniencia para la segunda vuelta. Y el divorcio no se hará esperar. Ayer mismo, Piñera dio una conferencia de prensa junto al presidente de la UDI, Jovino Novoa, cuando entre ellos no se dirigen la palabra. Novoa y Longueira –que fue presidente de la UDI y hoy es senador electo– se fueron de vacaciones durante la campaña bis. El último es el más candidateable de la UDI para 2010. ¿Quién se queda a cargo de la “Alianza”? Nueva incógnita. Piñera ya advirtió que no ha tirado la toalla (ver recuadro).