El gobierno palestino, dirigido por el grupo integrista Hamas, recibió con alivio la ayuda de 50 millones de dólares anunciada por Qatar, que se suma al aporte equivalente prometido por Irán. El Ministerio de Exteriores qatarí afirmó ayer que la ayuda “servirá para reforzar el presupuesto” de la Autoridad Palestina, como se fijó en la cumbre árabe que tuvo lugar en Jartum en marzo. La cifra, sin embargo, es insuficiente para hacer frente al enorme déficit y al caos que se vive en los territorios palestinos. Los continuos cierres israelíes en los pasos fronterizos, el enfrentamiento directo del Ejecutivo de Hamas con el presidente, Mahmud Abbas (líder de Al Fatah), y el boicot político y económico del Cuarteto Internacional (EE.UU., Rusia, la ONU y la UE) han estrangulado aún más la paupérrima economía en la Franja de Gaza. La Bolsa palestina está por los suelos. Bancos locales han transferido en los últimos días muchas cuentas a sucursales en países árabes por temor a ser asaltados por grupos armados. Parte de las entidades ha dejado de dar préstamos a los trabajadores de la AP, que a su vez han visto amenazados sus sueldos. El Banco Mundial advierte que, si no hay cambios, en un período de dos años casi el 75 por ciento de los palestinos en la Franja de Gaza estará debajo del nivel de pobreza, casi 20 puntos más que en la actualidad.