“Me comprometo a construir un aeropuerto internacional en Palenque”, dice el candidato en un mitin electoral. Es una de las tres promesas que lanza Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a su paso por esta ciudad de Chiapas, con un legado cultural maya.

–Le acusan de no ser muy respetuoso del Estado de derecho.

–Soy respetuoso de la legalidad y del Estado de derecho. Siempre lo he sido. Estas acusaciones son parte de una campaña contra mí, quieren hacerme parecer intolerante e irrespetuoso de la legalidad.

–¿Qué México representa y cómo es el que quiere construir, frente al de su principal rival, Felipe Calderón?

–Es evidente que tenemos dos visiones completamente distintas. El está más a favor de las élites económicas y políticas, y yo estoy a favor del pueblo, de la mayoría.

–¿Cuáles serán sus primeras medidas si gana las elecciones?

–Lo primero, reducir el costo del gobierno. Esto significa poner en práctica un plan de austeridad bajando salarios para liberar fondos. En segundo lugar, impulsaríamos una serie de programas de desarrollo social y, en tercer lugar, pondría en marcha proyectos productivos para el campo, fomentar el turismo, impulsar la construcción de infraestructuras y comenzar con la modernización del sector energético.

–¿Cómo financiaría estos programas?

–Al principio con los ahorros del plan de austeridad. El presupuesto del año próximo se aprobará después de las elecciones, con el Congreso entrante. Una de las primeras medidas que tenemos que tomar es ponernos de acuerdo con el presidente y el ministro de Hacienda en funciones durante el período de transición.

–Rebajar los salarios de altos funcionarios ¿no entraña el riesgo de una fuga de cerebros en sectores clave de la administración?

–El presidente de México gana tres veces más que el presidente español. Y el costo de la vida en España es superior al de México. El ministro de Hacienda gana más del doble de lo que gana el presidente del Gobierno español. Si ese funcionario pasara a ganar lo que recibe el presidente español no habría razón para una fuga de cerebros.

–¿Intentaría formar un gobierno de unidad con otros partidos?

–No. Invitaré a gente de la sociedad civil, pero no creo en un acuerdo con otros partidos para gobernar. En el Congreso llegaremos a un acuerdo.

–¿Cambiarán las relaciones con Estados Unidos si es elegido?

–No hay ni habrá ningún problema con el gobierno estadounidense. Han sido respetuosos en los asuntos internos de México. Trataré de convencerles de que la mejor relación entre una economía fuerte y una débil es la cooperación para el desarrollo. El asunto migratorio no se resuelve con muros ni con la militarización fronteriza.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.