La escalada entre Israel y Líbano no es una tragedia focalizada: a esta altura tendrá un impacto negativo en toda la región. Israel contará como siempre con el apoyo de Estados Unidos, pero las imágenes de sus ataques e invasión en suelo libanés provocarán el distanciamiento de árabes y musulmanes de todo el mundo. Para muchos de éstos, existirá una ligazón entre el conflicto palestino-israelí, la guerra en Irak, la guerra en Afganistán y la guerra contra el terrorismo.

Europa tendrá una postura más diferenciada de Estados Unidos, a la vez descomprometida con los árabes. Llama la atención su silencio desde que comenzó esta nueva crisis, primero en Gaza, después en Líbano. Quizá los atentados del 11 de marzo en España en 2004 y los del 7 de julio en Londres de 2005 hayan dado un efecto silenciador en las sociedades del Viejo Continente. ¿Por qué no hay marchas pacifistas en las capitales europeas como las que hubo en contra de la ocupación en Irak?

En la reunión de los ocho más ricos quedaron evidenciados dos bloques por el llamado explícito a un rápido cese de fuego en Medio Oriente: a favor estaban Rusia y Francia, en contra Gran Bretaña, Estados Unidos y una más ambigua Alemania liderada por la conservadora Angela Merkel. Bush y Blair defendieron el derecho de Israel a defenderse de Hezbolá y sus “sponsors”, Irán y Siria.

En este contexto, el régimen de los ayatolás de Irán –cuyo líder cree que Israel no tiene derecho a existir–, buscará mayor influencia sobre Irak, Líbano y Siria. A todo esto, Al Qaida verá el modo de explotar el enojo popular en el mundo árabe –puede ser, atacando a gobiernos árabes menos belicosos como Egipto, Jordania y Arabia Saudita (que combaten a movimientos extremistas islámicos) por no llamar a una guerra–.

La resultante no parece ser una explosión masiva del conflicto árabe-israelí: Egipto y Jordania están en paz y las fuerzas militares de Siria han negado su vocación beligerante. Israel e Irán parecen estar lejos de una crisis seria. Lo que es más probable, empeorará la situación de seguridad en Medio Oriente, habrá polémica en Occidente para rato y una resignificación de cada uno de los aspectos de la lucha globalizada contra el terrorismo.