Mientras el mundo se horroriza por la devastadora situación en Líbano, la Franja de Gaza sigue asediada por los incesantes ataques israelíes, que hasta ahora dejaron 112 palestinos muertos, la mayoría civiles. Sólo en la jornada de ayer, al menos diez palestinos murieron, entre ellos dos niños. En uno de los ataques, una granada disparada por un tanque israelí destruyó un edificio entero en el norte de la Franja, dejando dos muertos y cinco heridos. Mientras las bombas y las granadas caían, Hamas y otros grupos palestinos convocaban a un día de huelga por la visita de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, que hoy se reunirá con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Los más indefensos fueron el denominador común de los ataques de ayer. Un proyectil de artillería mató en Sudania, al norte de Gaza, a una mujer de 60 años y a su nieto, de 12, cuando viajaban en un pequeño carro tirado por un asno. Una niña palestina y otras tres personas murieron en Beit Lahiya, una de las regiones más dañadas por los ataques combinados de la artillería y la aviación israelíes. En esta ciudad, una pareja murió y sus dos hijos adolescentes fueron heridos en un ataque frente a una escuela primaria estadounidense. Esta zona es un objetivo, ya que con frecuencia la resistencia palestina la usa de base para lanzar cohetes contra el territorio israelí. Además, otros tres niños fueron heridos por un obús disparado por un tanque israelí.