Al ministro del Interior mexicano lo persigue su pasado. Unas 30 organizaciones civiles, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch, presentaron ayer una denuncia contra Francisco Ramírez Acuña por torturas ante la Procuraduría General de la República. Lo acusan de ordenar reprimir a un grupo de manifestantes antiglobalización durante una cumbre de América latina y el Caribe, que se celebró en Guadalajara, Jalisco, cuando él era el gobernador hace dos años. El choque con la policía empezó cuando más de cien manifestantes intentaron traspasar las vallas que rodeaban la zona de seguridad donde se encontraban los mandatarios. Muchos fueron detenidos y, según denunciaron más tarde, torturados. La Comisión Nacional de Derechos Humanos había recomendado que se castigara a los funcionarios y agentes de la policía que fueron responsables de esa represión y de las torturas, pero Ramírez Acuña rechazó esa propuesta.