La ministra de Salud Pública de Uruguay, María Julia Muñoz, le reprochó a Botnia haber incumplido con la promesa de ayudar al Hospital de Fray Bentos. “La remodelación de la sala de emergencias terminó siendo pagada por el ministerio”, se quejó la funcionaria en una recepción que los principales directivos de la compañía habían preparado para agradecer el apoyo del gobierno oriental. La ministra no ocultó su malestar con los finlandeses: “Uruguay ha colaborado mucho con esta empresa”, les recordó. También el director de Salud del departamento de Río Negro criticó a los representantes de Botnia que, dijo, les hicieron promesas, pero “nunca nos ayudaron en nada”.

Los reclamos fueron hechos públicos por la ministra mientras los principales gerentes de Botnia, encabezados por el presidente de la firma, Erkki Varis, visitaban el país. La compañía ofreció a los funcionarios uruguayos un agasajo en el Cabildo de Montevideo –su principal invitado fue Tabaré Vázquez–, e hizo después un encuentro con las autoridades de Fray Bentos. Antes de entrar, Muñoz les pasó factura. “Queremos reclamar que tenemos la deuda de la emergencia del hospital que cubrió el Ministerio de Salud Pública. De la misma manera entendemos que deben colaborar con el tomógrafo para el hospital y la sala de cuidados intermedios.” Cuando los periodistas le preguntaron por qué Botnia estaría obligada a hacerlo, la funcionaria contestó que el hospital “atendió a las familias de los trabajadores que no estaban afiliados a la mutual. Uruguay –agregó más adelante– ha colaborado mucho con esta empresa, hemos tenido problemas en la región y nos importa que se comprenda y que se apoye la salud pública de la ciudad de Fray Bentos”.

El director de Salud del departamento de Río Negro, Alfredo Orellano, confirmó las quejas de la ministra. “Algunos representantes uruguayos de Botnia habían prometido ayuda”, dijo. “En esas conversaciones surgió que era muy factible una ayuda futura de Botnia al Hospital de Fray Bentos, pero nunca nos ayudaron en nada, salvo un convenio que se hizo en una prestación de servicio para la atención de las urgencias en la planta. Fuera de eso, no han puesto absolutamente nada para el hospital. Personalmente creo que tienen una deuda social”.

La compañía ofreció la semana pasada un megafestival en Fray Bentos, para el que contrató como figura principal a Jaime Roos. El recital tuvo entrada gratuita, pero se invitó a la gente a que llevara un alimento para donar a las organizaciones sociales de la zona, que ha vuelto a tener el mayor índice de desocupación del país una vez finalizada la construcción de la planta. El intento de mostrarse como una empresa preocupada por lo social chocó con el reproche de la ministra. El traspié parece insólito; ¿cuánto puede significar para Botnia pagar un tomógrafo o la remodelación de una sala del hospital? Sin embargo, la empresa enfrenta otros conflictos por no invertir sumas aún menores en otros rubros. Un ejemplo es el de los camioneros, que en estos días amenazan con iniciar una huelga porque Botnia no tiene balanzas en las zonas de desmonte. Los camiones se cargan “a ojo”, y luego deben pagar multas cuando se comprueba que transitan en ruta con sobrecarga. Los transportistas también se quejan de estar haciendo menos viajes que los prometidos por la empresa. Dicen que muchos se endeudaron para mejorar sus vehículos y que ahora están teniendo problemas para pagar los créditos.