EL PAíS › ARRANCO EN ROSARIO EL ENCUENTRO QUE REUNE A FIGURAS DE DERECHA COMO AZNAR, FOX, NORIEGA Y MACRI
Referentes de la derecha se juntaron para marcar presencia frente a lo que definen como el avance de las expresiones “populistas” en la región. Hubo críticas al Gobierno y a Hugo Chávez. Una de las estrellas fue Bernardo Neustadt.
› Por María Laura Carpineta y
Werner Pertot
Desde Rosario
A la vera del río Paraná, la escena podía confundirse con un cóctel empresarial. Detrás de stands con las firmas de los think tanks neoliberales, promotoras vestidas de azafatas ofrecían libros donde la palabra “Chávez” casi siempre venía asociada a “corrupción” o “complot”. Entre televisores pantalla plana de generosas pulgadas, pululaban señores de bien vestir y mejor comer y damas de cartera Louis Vuitton, muy a la moda. Así empezó el seminario internacional de la Fundación Libertad, que reunió en Rosario a estrellas de la derecha como el español José María Aznar, el mexicano Vicente Fox, el jefe de Gobierno Mauricio Macri y el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos Roger Noriega. La apertura estuvo a cargo del escritor Mario Vargas Llosa, quien señaló con una sonrisa que “Cristina Kirchner está muy cerca del populismo. Estamos viendo en la calle una crítica muy tensa a su política gubernamental”.
El seminario “Los desafíos de América latina: entre las falencias institucionales y las oportunidades de desarrollo” encontró en un mismo lugar a los referentes de las principales ONG neoliberales, como la FAES, del Partido Popular español, el CATO Institute, Timbro, la muy republicana fundación Heritage y la germana Friedrich Nauman. La Fundación Libertad los reunió a todos para celebrar sus veinte años en el Auditorio del Parque España de Rosario, testigo del revival de los noventa.
Como si hiciera falta una cara para ligar un pensamiento a una época de la Argentina, hizo su entrada al seminario Bernardo Neustadt. Caminaba como un dandy entre diputados del PRO, empresarios conservados y estudiantes conservadores, con un bronceado casi naranja, en un rostro al que el paso del tiempo va haciendo parecido al de Mr. Magoo. “Menem también tuvo paros del campo, pero nunca tuvo de jefe de policía a D’Elía, a quien ustedes deben admirar porque representa a Chávez”, le dijo a Página/12. “La Presidenta habla de las 4x4 del campo porque no hicieron los caminos”, atacó el ex conductor televisivo, quien consideró que Carrió es una “opositora seria” y pronosticó que Macri será presidente en 2011.
El ex fan del menemismo se unió en un abrazo con el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, quien advirtió como al pasar: “En Uruguay tenemos prohibidas las retenciones por ley. Eso aquí debe ser motivo de envidia, porque son una facultad excesiva del Estado”. Sin embargo, Lacalle no pudo contenerse y agregó: “No hay que permitir cortes de ruta, ni de piqueteros ni de hombres del campo”.
–Los está corriendo por derecha.
–¡Qué antigua la gente! Lo de derecha viene desde la Revolución Francesa. Yo soy un hombre moderno y no hablo de esas cosas.
La participación en el seminario cuesta 150 dólares –más otros 40 para asistir a una cena VIP de hoy– y al que concurre se le entrega una lista de hoteles sugeridos, ninguno de menos de 5 estrellas. Los patrocinantes del encuentro incluyen a varias decenas de empresas que se interesan por el país, entre ellas la agropecuaria Cargill. El gift shop neoconservador de la entrada al pulcro auditorio tenía en su catálogo las obras de Vargas Llosa, Marcos Aguinis, Mariano Grondona, José Ignacio García Hamilton y Carlos Montaner.
Aunque entre los oyentes, el Sub-60 era la minoría, Román se acercó con sus 22 años y su camisa a cuadros desentonando con los trajes oscuros. “Todos condenan a Cuba y a Venezuela, eso no se discute”, aprendió el joven, estudiante de Relaciones Internacionales. “Argentina y Bolivia pueden tender hacia allí, porque son populistas”, planteó, sin perder de vista a dos venezolanos con look de yuppie que conversaban frente a él sobre la Argentina.
–Está muy revuelto este país.
–Sí, demasiado. Aquí el populismo es como una enfermedad. Lo llevan en el ADN.
–Felizmente, Perú no está en la misma línea que el resto de América latina –se divertía, a su tiempo, un profesor de Lima.
No muy lejos, mientras saboreaba el café y las medialunas de un break entre las charlas, Rigoberto Stewart fue tajante: “Argentina tiene todo para ser un país del Primer Mundo, pero insiste en ser una banana republic. Este gobierno es un despelote”. Negro, con anteojos oscuros sobre la pelada, Stewart es presidente de una ONG de Costa Rica. “Esta estupidez de las retenciones va a tener un costo terrible. Si un presidente de Costa Rica hiciera una cosa así, ya lo hubieran matado”, aseguraba.
“En Ecuador, estamos casi en una dictadura y la Argentina tiene muchos de nuestros problemas. Es histórico que la gente se rebele contra los impuestos. Es algo que deberíamos hacer todos”, se esperanzó Dora de Ampuero, de Ecuador. Sin saberlo, coincidió con ellos Antonio Juraga Hanceciv Drazen, cónsul de Croacia, un hombre canoso, de traje claro y con un emblema del Rotary Club en la solapa. “El autoritarismo y la forma inconsulta del aumento de retenciones es un disparate”, dijo, enojado, y esquivó a Ricardo López Murphy, que fue a abrazarse con Vargas Llosa.
Al autor de La ciudad y los perros y candidato frustrado de la derecha peruana le tocó dar inicio al seminario. Recordó que el liberalismo llegó a algunos países por el lugar más inesperado, como fue el caso de Margaret Thatcher, a quien llamó una “estadista liberal”. Y, para que quede claro, concluyó: “La Fundación está en contra de las viejas recetas estatistas. No es una cuestión de izquierdas o derechas”. Menos mal.
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