Mar 15.04.2008

EL PAíS  › DE VITO NOMBRó UN MINIGABINETE DE AMIGOS EN PINAMAR

Los Buenos Muchachos

El reemplazante interino de Porretti designó a empresarios amigos en Hacienda y Gobierno. Dejó vacante Obras Públicas ante la oferta fallida a un pastor evangélico. Sólo una peronista sigue en carrera.

› Por Alejandra Dandan

Dicen que los afiches son dos, y están puestos en un despacho privadísimo de su corralón de materiales. De frente, él abraza a Eduardo Duhalde. De costado, a Carlos Menem. Hace días Rafael “El Rafa” de Vito dejó de frecuentar las oficinas de “De Vito y Cía”, pero no dejó a sus amigos: como intendente interino de Pinamar, acaba de nombrar un gabinete de emergencia reducido pero repleto de sus íntimos.

Los nombres del gabinete son apenas cuatro. De Vito no reemplazó a los responsables de todas las secretarías del gobierno, pero esos nombramientos son clave para entender un tiempo político distinto: el escándalo de las coimas licuó velozmente el resultado electoral, dejó herido al kirchnerismo, y amenaza dejar agonizante al PJ.

El Rafa de Vito juega un rol importante en ese esquema. Integrante del PJ, pero hombre de negocios más que animal político, el Rafa se convirtió en uno de los hombres más fuertes de Pinamar desde su negocio de materiales para la construcción y con las obras públicas del Estado. Está en Pinamar desde 1976, pero durante los últimos 16 años creció exponencialmente con el gobierno vecinalista de Blas Altieri y el boom inmobiliario de la era de Alfredo Yabrán. Pese a que la Justicia lo desechó, su nombre quedó pegado al expediente del asesinato de José Luis Cabezas por una testigo que lo situó pagándole a un grupo de asesinos. Hasta el último mes de octubre, El Rafa De Vito nunca había decidido jugar abiertamente en política; desde entonces sí.

En octubre y desde el PJ se asoció a Porretti para ganarle a Blas Altieri, con la fórmula combinada con el Frente para la Victoria. El escándalo de las coimas agudizó las diferencias, disparadas luego de la asunción de Porretti. Entre otras cosas, De Vito aseguró que Porretti no cumplió los acuerdos políticos previos empalagado por el poder.

Ungido por el voto popular como primer concejal del PJ y presidente del HCD, llevó adelante el proceso de juicio político para sacar al intendente de su despacho. Cuando la Justicia ordenó la prisión para Porretti, él asumió la jefatura interina y en las últimas horas armó el gabinete. En los cargos clave no puso a hombres del partido, comenzó a reclamarle el PJ esta semana en una reunión del Concejo local. Puso a empresarios, ligados a sus grupos del poder.

Como secretario de Gobierno, El Rafa colocó al contador Rodolfo Pappaterra, que no sólo es la mano derecha de sus empresas, sino la mano izquierda, los ojos y la cabeza. La notebook es una libretita de almacenero que sin Pappaterra ni siquiera logra ver. Pappaterra fue bancario, le manejó el corralón, su exclusivo balneario Cocodrilo y cualquier otro emprendimiento ligado al podio económico y trasportista que le permite brindar servicios de caminos, rutas, y construcciones en todo el país. Ahora se lo llevó a la mesa chica del gobierno.

En la estratégica Secretaría de Hacienda ubicó a José Alba, una de las personas que pasaron por los Tribunales de Dolores en las últimas semanas. Los abogados de Porretti lo habían convocado como testigo porque estaban convencidos erróneamente de que Alba iba a denunciar la existencia de un complot contra el intendente y a declarar, así, en contra de sus socios. Pero no. Alba es actualmente socio y copropietario de las estaciones de servicio, corralones y emprendimientos inmobiliarios de Víctor Pardo, el segundo concejal del PJ, otro de los hombres fuertes de Pinamar y socio político de De Vito. Hasta el escándalo de las coimas, ambos eran sólo dos empresarios fuertes de Pinamar y se asociaron con Porretti en las elecciones de octubre para ganarle a Altieri.

Fuera de ellos, De Vito dejó a Analía Guevara, de Desarrollo Social; Daniel Doura, en Turismo, muy conocido en el mundo del turismo, cercano a Daniel Scioli y socio de Pardo, y dejó vacante la estratégica Secretaría de Obras Públicas luego de ofrecerle el puesto al pastor evangélico Alberto Fanderwud. En Pinamar el nombre de Analía Guevara es especialmente importante porque da cuenta del nuevo escenario.

Ella es la mujer del presidente del PJ, el médico Horacio Errasquin, y es dueña del único cargo jerárquico de importancia que mantuvo el PJ en el nuevo gobierno. Hasta el escándalo de las coimas, Guevara venía trabajando con Porretti y no lo dejó hasta último momento. En esta transición aceptó continuar, pero todavía no sabe hasta cuándo.

“El PJ toma distancia del gobierno en esta coyuntura”, dice a este diario uno de sus dirigentes. “De Vito no le consultó al partido, y yo no digo que haya que consultarlo porque el PJ es un rejunte como en todo el país, pero no lo hizo.” Para sacar a Porretti, los concejales votaron un juicio político por unanimidad y lo suspendieron transitoriamente. Dejaron a De Vito como intendente interino, pero pusieron en su lugar y como presidente del cuerpo a una concejala vecinalista, Claudia Salino, y no al PJ, como lo estableció la última elección.

En ese contexto, el PJ teje todo tipo de especulaciones. De Vito es fuerza propia, pero el PJ está convencido de que está construyendo una fuerza paralela con intereses paralelos, por fuera del partido. Para eso miran los antecedentes... Largos y muchos años con el vecinalismo.

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