El vicepresidente, Julio Cobos, tenía ayer la difícil tarea de conversar con el gobernador de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, sobre su alejamiento de las filas del radicalismo K. Los dos habían acordado encontrarse en el Senado o en la Casa Rosada, aprovechando que el catamarqueño estaba de paso por Buenos Aires, pero no llegaron a juntarse. Hablaron sí por teléfono, aunque aseguraron que en la charla casi ni hubo referencias a la decisión de Brizuela del Moral. Con el conflicto generado en las provincias por el paro del campo como telón de fondo, todos los gobernadores radicales K –incluido el de Catamarca– se reunirán con Cobos y el funcionario de la Cancillería Horacio “Pechi” Quiroga el miércoles de la semana próxima.

Cerca del vicepresidente recordaron que de los cinco gobernadores radicales, Brizuela del Moral siempre fue el más “esquivo”, el que menos participaba de las reuniones K. Quizá por eso el mandatario nunca recibió ninguna sanción de parte de la conducción antikirchnerista del partido y continúa actualmente como presidente de la UCR local. En una conferencia de prensa –luego de que la convención provincial le reclamara una definición sobre su relación con la Presidenta–, el mandatario había considerado que “el aumento de las retenciones fue un exceso” y que “la inflación se disparó”. En Buenos Aires esas declaraciones no fueron tomadas con simpatía y cada vez está más lejos la posibilidad de una reconciliación. “Intentó bajar el tono pero lo que dijo lo dijo”, le recriminan al catamarqueño.

La situación de la mayoría de los radicales K con el Gobierno se tensó durante el conflicto con el campo. Tanto intendentes como gobernadores entendieron que la situación “se podría haber manejado de manera mucho más prolija”, sin dejar tan mal parados a los dirigentes en su pago chico. Estos problemas se produjeron a un mes de operativo retorno, con el que Cobos junto a los mandatarios de Río Negro, Miguel Saiz; de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y de Corrientes, Arturo Colombi, planeaban recuperar el partido radical y destronar a la conducción del senador jujeño Gerardo Morales.

En Catamarca, a diferencia de los otros distritos bajo el mando radical K, la relación con el Frente para la Victoria local se quebró el año pasado, poco después de las elecciones. Brizuela del Moral encabeza el Frente Cívico, con el que llegó a su cargo en las últimas elecciones aliado al kirchnerismo. Liderados por Armando “Bombón” Mercado, los K se abrieron de la gestión provincial porque se sintieron perjudicados en el reparto de los cargos en el gabinete y se asociaron al barrionuevismo y al saadismo para armar un interbloque en la Legislatura. Así lograron quitarle al gobernador el control de las dos Cámaras legislativas, transformándose en oposición.

El conflicto político en el interior de la provincia no fue el único motivo que llevó a Brizuela del Moral a decir que “como aliado político, hubo un rompimiento con el Frente para la Victoria”. La mano derecha del catamarqueño en Buenos Aires, el diputado Genaro Collares le explicó a este diario que también había varios cortocircuitos con la Rosada, que no fueron bien resueltos. “Retenciones a la minería, retenciones al agro, retraso en fondos para la vivienda, para obra pública y hasta los de acción social directa”, enumeró el legislador.

Informe: Sebastián Abrevaya.