EL PAíS › EL KIRCHNERISMO PRESENTó SU LISTA PARA ARMAR LA NUEVA CONDUCCIóN DEL PARTIDO JUSTICIALISTA
Uno de los pocos que quedó afuera fue Lavagna, quien dice que se autoexcluyó. En su idea de contener a todos, Kirchner les dio preponderancia a los gobernadores. El opositor Frejuli presentó lista.
› Por Daniel Miguez
Y al final no estuvo Roberto Lavagna en la lista que presentó el kirchnerismo para competir en la interna del PJ (si es que es aceptada la representación de los Rodríguez Saá) y sí están el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido. Son los únicos contrastes con los nombres que habían trascendido en los últimos tiempos de boca de quienes frecuentan al ex presidente Néstor Kirchner en sus oficinas de Puerto Madero.
En la nómina que encabeza Kirchner y que fue presentada ayer al mediodía en la sede del PJ de Matheu 130 por el apoderado Román Sá, están tres de los candidatos a vicepresidentes que se suponían que iba a figurar: el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, como vice; el gobernador chaqueño Jorge Capitanich como viceprimero, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, como vicesegundo. Las “sorpresas” en las vicepresidencias fueron Beatriz Liliana Rojkes (esposa del gobernador tucumano, José Alperovich) y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri.
Urribarri, a quien en principio se lo mencionaba para ocupar alguna de las 22 secretarías, se quedó con el sitio que estaba destinado a Lavagna. El ex ministro de Economía hizo saber que el jueves le envió una carta a Kirchner diciéndole que mantenía el acuerdo que pactaron en febrero pasado, pero que no quería ocupar ningún cargo en la estructura del peronismo. Una sugestiva renuncia a los honores. En el oficialismo algunos lo ven como un claro perdedor en el reparto. Otros creen que algo hay detrás, el famoso gato encerrado. El tiempo develará, para quienes descreen de la versión oficial de Lavagna, si quedó como valiosa reserva en la retaguardia o simplemente si le quitaron el paraguas y quedó en la fría intemperie. Es más, ayer algunos aseguraban que ese paraguas nunca lo tuvo y que lo de su posible vicepresidencia fue una autopostulación a través de los medios. Todo puede ser, pero en el caso Lavagna siempre se pueden esperar más noticias en próximos boletines.
El podio que se aseguraba iba a ocupar una representante de la rama femenina no fue para Patricia Vaca Narvaja ni para Cristina Alvarez Rodríguez, como se prenunciaba. Las dos diputadas quedaron en la lista del Consejo Nacional, pero como vocales. De las dos, la que más fuerte sonaba era Vaca Narvaja, pero finalmente se optó por no meter cuñas en la interna del PJ cordobés, donde la diputada está enfrentada con el gobernador Juan Schiaretti. Y la candidata que escondía Kirchner era Rojkes, integrante de la única familia que tendrá dos representantes en la conducción del PJ, ya que su esposo, el gobernador Alperovich, también está como candidato a vocal. Quienes vieron accionar de cerca la lapicera de Kirchner, dicen que Rojkes se ganó ese lugar luego de la ardua interna que le ganó en Tucumán a Fernando Juri. De a poco se fue acercando cada vez más a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Incluso integró la comitiva de CFK en su último viaje a París. En esa ocasión tuvo un perfil tan bajo que fue la única funcionaria no detectada por los periodistas que hicieron la cobertura de la visita presidencial a Francia. Para Kirchner tiene muchos más méritos que portar el apellido Alperovich. “Es un cuadro muy valioso, con mucha militancia y mucha formación”, se escuchó en Puerto Madero.
Con Rojkes, Urribarri y Capitanich en las vicepresidencias, Kirchner quiso mostrar su intención de renovar el peronismo con caras nuevas. El otro gobernador joven que también pudo haber sido vice es el salteño Juan Manuel Urtubey, que figura en una de las principales secretarías, la de Interior. Esa oxigenación también trasunta los nombres de otros ocupantes de la mesa chica de la futura conducción del PJ, como los gobernadores Celso Jaque (Mendoza), Walter Barrionuevo (Jujuy) y Oscar Jorge (La Pampa); las vicegobernadoras Lucía Corpacci (Catamarca) y Teresa Luna (La Rioja); el intendente de Rafaela, Omar Perotti, y Juan Cabandié, legislador porteño y nieto recuperado, que era número puesto para la Secretaría de la Juventud.
La vicepresidencia para Moyano estaba cantada, como principal aliado de Kirchner en la CGT. Pero el sindicalismo tuvo otros representantes. El metalúrgico Antonio Caló se llevó la secretaría gremial. Y hubo vocalías para Víctor Santa María (de encargados de edificios y muy cercano a Alberto Fernández), Julio Piumato (de judiciales y hombre de Moyano), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Rodríguez (Uocra). Afuera quedaron las 62 Organizaciones Peronistas, cuyo titular Gerónimo “Momo” Venegas pagó su posición, al menos ambigua, como titular del sindicato de los peones rurales durante el lockout de los productores agropecuarios. “Que Venegas le vaya a pedir un lugar en la lista a Miguens”, le dijo ayer a Página/12 uno de los integrantes de la lista kirchnerista, en referencia al presidente de la Sociedad Rural.
La principal vicepresidencia fue para Scioli por ser el gobernador de la provincia más importante, porque mantiene una alta imagen positiva en la sociedad y porque jugó “fuerte y muy bien”, según la definición del oficialismo, en el conflicto con los ruralistas. El problema que evidenciaba Scioli que no tiene historia en el PJ bonaerense ni una gran llegada a los intendentes, quienes, en general, se sienten más cómodos con el vicegobernador Alberto Balestrini. Esto se saldó dándole a Balestrini la estratégica secretaría política y dejándolo en carrera para presidir el peronismo provincial.
En las primeras tentativas había trascendido que los ministros de CFK no ocuparían lugares preponderantes en las listas, pero la necesidad de conformar a todo el amplio y difícil entramado del peronismo bonaerense, llevó a que los dirigentes de esa provincia ocupen muchos puestos. Por lo que la Capital Federal, el distrito que le sigue en importancia, quedaba un poco desdibujada si no se incluían nombres relevantes. Es así como el jefe de Gabinete, presidente del PJ porteño, saltó a uno de los máximos escalones, como lo es la secretaría general. Algunos señalaban ayer que para mantener el ecosistema kirchnerista sin alteraciones, esto obligó, como en un dominó, a que el ministro de Planificación, Julio De Vido, también ocupara una secretaría.
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