EL PAíS › CFK CRITICó A QUIENES ESPECULAN CON EL PRECIO DE LOS ALIMENTOS
La Presidenta habló en la cumbre América latina-Unión Europea e hizo alusión a quienes lucran invirtiendo en commodities. Llegó a Lima enojada con la dirigencia agropecuaria, pero conforme con las repercusiones de su discurso del miércoles.
› Por Fernando Cibeira
Desde Lima
De alguna manera el conflicto con las entidades agropecuarias debía aparecer en el paso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la cumbre América latina-Unión Europea de Perú que comenzó ayer y cerrará hoy al mediodía. En rigor, surgió en más de un momento –hubo preguntas también en las reuniones bilaterales que mantuvo–, pero ella misma se encargó de sacarlo al ruedo cuando criticó a quienes lucran con el precio de los alimentos invirtiendo en commodities –como los granos y la carne– como antes lo hacían con “la especulación financiera”. Al realizar las conclusiones de la mesa sobre “Pobreza, desigualdad, inclusión social” en la que le tocó participar, retomó el tema al hacer referencia a la ponencia del canciller de Dinamarca, quien había comentado la experiencia de su país que echa mano a la renta fiscal –incluso mencionó los impuestos a las exportaciones– para redistribuirlos entre los sectores de menores recursos. Como anillo al dedo.
Cristina Kirchner llegó a Lima al filo de la medianoche del jueves. Fue más tarde de lo esperado porque se quedó a esperar en Buenos Aires la resolución que tomarían las entidades agropecuarias. Cuando escuchó que continuarían con el lockout, partió rumbo al aeropuerto masticando bronca. La breve comitiva que la acompañó –el senador José Pampuro, los diputados Agustín Rossi y José María Díaz Bancalari y el vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini, más la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, quien viajó porque en la cumbre se trataría el cambio climático– pudo escucharla quejarse por la decisión.
Con todo, aseguraban que había quedado conforme por las repercusiones de su discurso en Almagro en el que volvió a convocar al diálogo. “Cree que le permitió retomar la iniciativa en un tema que venía complicado”, explicó uno de los viajeros. Alguno de los legisladores que la acompañaban le aseguró que le habían mandado encuestas en que el lockout agropecuario generaba cada vez más rechazo en la gente. “Por eso creo que en algún momento tienen que volver a dialogar. Eso sí, nosotros no vamos a sentarnos hasta que no levanten el paro”, dijo Cristina Kirchner en el avión.
La cumbre de presidentes arrancó temprano. Cristina Kirchner dejó el hotel Marriott donde se aloja hacia el Museo Nacional, sede del evento, poco antes de las 9. El museo es un edificio poco atractivo de construcción moderna, con mucho cemento, al estilo de un pabellón de la Ciudad Universitaria. Hubo una sesión de apertura que inauguró el presidente anfitrión, Alan García, reclamando a los más de 40 jefes de Estado a dejar de lado sus diferencias. “Concentrémonos en lo que nos une, que es mucho”, pidió.
Los presidentes se dividieron en mesas que tratarían los mismos temas en forma paralela. Cristina Kirchner, la alemana Angela Merkel y el español José Luis Rodríguez Zapatero coincidieron en la ponencia sobre “Pobreza, desigualdad, inclusión social”. Poco antes de que arranque el discurso, la Presidenta mantuvo un breve encuentro bilateral con la canciller alemana a solas. Allí adelantó algunos de los puntos que luego remarcaría en su exposición.
“La problemática social suele ser vista en los encuentros que mantenemos como si de repente se tratara de un fenómeno climático, o sea que no pudiéramos explicar por qué muchas veces llegamos a situaciones en las cuales nuestro continente por ejemplo, América latina, no es el más pobre, pero sí el más desigual. Es entonces insoslayable, y sin ánimos de plantear polémicas, analizar por qué un continente con recursos humanos, naturales, muy ricos y muy variados, es tal vez hoy el continente con mayor grado de desigualdad”, arrancó Cristina Kirchner.
Repasó entonces algunos de los items que suele transitar en sus discursos internacionales, recordando los efectos que tuvieron las políticas de los noventa y las derivadas del Consenso de Washington. Obviamente, eso incluyó los índices de desocupación, pobreza e indigencia argentinos de cuando asumió Néstor Kirchner. Sostuvo que a los problemas que ya traían de arrastre los países menos desarrollados del mundo ahora se suma el de los alimentos.
“Se nos ha agregado ahora la cuestión de la especulación financiera que dispara además problemas absolutamente adicionales que antes no teníamos. Parece ser que estos capitales que durante mucho tiempo se radicaron únicamente a partir de la especulación financiera, han parecido también a trasladarse al mundo de los alimentos, porque obviamente eso tiene mayor rentabilidad y porque al no saber o no contar con certeza cuál es el estado de cada entidad financiera, conviene refugiarse mucho más en activos fijos, en activos palpables, como pueden ser commodities”, subrayó.
Cristina Kirchner no evitó el cliché de los presidentes en las últimas cumbres –que son muchas– que reclaman menos declaracionismo y más hechos concretos. Para la Presidenta, esos hechos deben apuntar a crear “una sinergia” entre América latina y Europa. “Esto es una oportunidad, tanto para ustedes como para nosotros, para ustedes porque no pueden producir alimentos en la escala que podemos hacerlo nosotros, para nosotros porque necesitamos de tecnología y de inversión”, sostuvo.
Sin embargo, hay muchos escollos para avanzar en acuerdos. Sin ir más lejos, el canciller Jorge Taiana y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, mantuvieron poco después una dura reunión –la única del día que no fue calificada como “positiva” por los argentinos– con el encargado de comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson. En una cantilena que se repite en cada debate, el delegado europeo volvió a exigir más facilidades para el ingreso de los productos industrializados del Viejo Continente con la misma fuerza que los argentinos exigen el fin de los subsidios agrícolas para poder colocar nuestros productos. Como en todo buen diálogo de sordos no hubo avances, por lo que la mentada propuesta de llegar a una alianza estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea –hoy Cristina Kirchner encabezará una reunión como presidenta pro tempore del bloque en ese sentido– pinta para quedar de nuevo en el terreno del viejo y querido declaracionismo que en el de los hechos concretos.
El canciller Jorge Taiana volvió a plantearle al vicecanciller británico, Kim Howalls, la importancia que tiene para la Argentina el viaje humanitario de familiares de caídos a las Islas Malvinas. Lo hizo en un encuentro bilateral reservado y se produjo anteayer por la mañana. Desde hace varios meses, la Casa Rosada viene planteando al Reino Unido la necesidad de llevar adelante un vuelo humanitario al archipiélago, para que los familiares de los muertos durante la guerra del ’82 puedan inaugurar finalmente el monumento en homenaje a los soldados que cayeron en combate. Los kelpers se niegan a autorizar el vuelo como represalia a la decisión del gobierno de Néstor Kirchner de prohibir los vuelos charter a las islas.
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