La Cancillería argentina envió ayer una nota a la encargada de Territorios de Ultramar del Foreign Office, Meg Munn, reclamando el envío de unos restos óseos hallados en las Islas Malvinas para que sean sometidos a los análisis correspondientes en el continente. La comunicación tiene el tono de una queja, porque el hallazgo de los restos de quien se cree fue un aviador argentino abatido durante la guerra fue realizado en 1986, nada menos que 22 años atrás, pero hasta ahora permanecieron en el destacamento de policía de Port Stanley, sin que las autoridades argentinas estuvieran al tanto de la situación.

La novedad fue revelada por el gobernador de las islas, Alan Huckle, que anunció a los medios isleños que Meg Munn había sido la encargada de comunicar el macabro hallazgo a las autoridades argentinas dos semanas atrás. Añadió que en el mismo contacto se ponían a disposición para los próximos pasos que el gobierno argentino quisiera dar, incluyendo la realización de análisis forenses y de ADN, o bien la posibilidad de hacer una ceremonia con honores militares en el cementerio de Darwin.

Por otro lado, informaban que los huesos habían sido puestos en custodia de las autoridades militares de la isla y que se le ordenó al jefe de la policía, Paul Elliot, que iniciara una investigación para determinar por qué nunca se había informado del descubrimiento a la Argentina. Tanto el gobierno británico como el de las islas pidieron disculpas por el incidente.

La respuesta de la Cancillería fue dirigida a Munn a través de la embajada británica en Buenos Aires y llevó la firma del vicecanciller, Victorio Taccetti. Además del reclamo para que los restos sean trasladados, piden que hagan llegar toda la información que tengan respecto al hallazgo para ayudar a la identificación. Por otro lado, exigen el esclarecimiento y la identificación de los responsables de la insólita demora en la notificación del descubrimiento. Como toda correspondencia dirigida al Reino Unido –que, por cierto, es casi nula–, la nota cierra con una reafirmación de los derechos de soberanía sobre las islas.