A pesar del férreo cuestionamiento opositor, el kirchnerismo alineó a su propia tropa y aliados de la Concertación Plural para convertir en ley un nuevo sistema para la designación de jueces subrogantes del fuero federal en todo el país. Desde el oficialismo se minimizó el plazo impuesto por la Corte Suprema de Justicia para cambiar un procedimiento que consideró “inconstitucional”, pero se afirmó que el cambio llegaba dentro del tiempo propuesto por los supremos –vence este viernes– para “no generar conflicto de poderes e incertidumbre”. Todos los bloques de la oposición criticaron la exclusión del Consejo de la Magistratura del proceso de designación de los magistrados.

El proyecto oficialista, que redactaron el santacruceño Nicolás Fernández y el jefe de la bancada, Miguel Angel Pichetto, afirma que el nuevo método “apunta a encontrar un procedimiento rápido, justo y una respuesta institucional” al pronunciamiento de la Corte. Un criterio que compartió a medias el diputado K bonaerense Luis Cigogna: “Somos respetuosos de la Corte como institución y de cada uno de sus miembros, pero pedimos que no se inmiscuya sobre el Congreso. El fallo (de la Corte) es irrelevante sobre la tarea que hace el Congreso ahora y el plazo no es imperativo, pero estamos dentro de los términos fijados”.

Cigogna también justificó la marginación del Consejo de la Magistratura en la designación de los jueces subrogantes, así como que sus interinatos no tengan plazo. “No hay en la Constitución ninguna norma que establezca que debe actuar el Consejo de la Magistratura. Podría intervenir, pero con las demoras que tiene sería un obstáculo para solucionar el problema. Debemos ser ágiles y rápidos. No existen plazos para las tareas porque, con las demoras del Consejo, siguen existiendo ciento y pico de jueces en esa situación. No vaya a ser que venzan y tengamos que hacer subrogancias de subrogancias.”

Cada bloque opositor aguardó su turno para embestir contra el criterio oficialista. Marcela Rodríguez, de la Coalición Cívica, cuestionó la subestimación del fallo de la Corte y dijo que la ausencia del Consejo de la Magistratura en el proceso de designación “no respeta la división de poderes establecidos en la reforma constitucional del ’94”. También cuestionó que el nuevo sistema “puede llevar a formas arbitrarias de selección de subrogantes, como cuando se quita del proyecto oficial la alternativa de los jueces de las jurisdicciones más cercanas para pasar a la terna seleccionada por el Ejecutivo”.

Para el jefe de la bancada radical, Oscar Aguad, si bien “es cierto que el Consejo de la Magistratura no está acorde a los tiempos para la designación de magistrados”, con el nuevo régimen “los tiempos van a empeorar. El Ejecutivo no va a tener ningún interés en que el Consejo eleve las ternas, porque el Gobierno puede hacer las listas de subrogantes. Es un paso atrás”. Por su parte, el macrista Federico Pinedo fustigó al Gobierno de un modo particular: “Nosotros proponemos que las vacantes sean cubiertas por integrantes de ternas aprobadas por el Consejo de la Magistratura, mientras el proyecto oficialista sólo prevé la decisión del Presidente. Que el Presidente –insistió sin hacer diferencia de género– designe a los jueces, a los viejos como yo no nos sorprende”.

A la hora de votar, la chicharra llamando a sesión seguía sonando. Marcela Rodríguez pasó factura: “Vamos a dar quórum porque queremos que se cumpla con el plazo de la Corte”. Varios diputados corrieron al recinto –la TV transmitía el partido de Boca– y la votación fue 97 a favor, 54 en contra y dos abstenciones. Quedó fuera de la votación un centenar de legisladores.