EL PAíS
› DUHALDE VOLVIO A HABLAR DE ACUERDO Y FMI
La obsesión por lograr el pacto
Eduardo Duhalde volvió a demostrar, ayer, que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es la preocupación más importante del Gobierno. La inquietud se prolonga a medida que pasan los días y el convenio con el FMI sigue en veremos. Hasta tal punto que el acuerdo parece cada vez más lejos y la postergación pone en aprietos al Ejecutivo, que había hecho de la transición y el “reinsertar a la Argentina en el mundo” su razón de ser. Consciente de las dificultades, y también de su debilidad, Duhalde insistió con su idea de convocar a los candidatos para firmar un “acuerdo nacional”.
“Necesitamos mantener la estabilidad política, la estabilidad económica y la estabilidad social que se ha logrado con los programas (sociales). Necesitamos, entonces, un crédito para el sistema productivo que vendrá si tenemos un acuerdo con el Fondo. De estas necesidades debe salir un programa mínimo de coyuntura para sustentar un acuerdo nacional”, razonó el Presidente en su programa de radio de los sábados. En ese sentido, Duhalde diferenció el acuerdo que se firmó en Brasil –donde todos los candidatos aceptaron las imposiciones del FMI– con la situación de la Argentina: “Quiero recordarle que ahí (por Brasil) ya tienen candidatos. Por eso le decía que en la Argentina no tenemos candidatos, tenemos sólo precandidatos”, subrayó.
Cuando planteó esas diferencias, Duhalde se estaba refiriendo, lateralmente, a una cuestión central para la supervivencia del Gobierno. La diferencia entre “candidatos” y “precandidatos” es esencial para el Ejecutivo, porque revela que las internas aún están pendientes: y eso para el ocupante de la Casa Rosada significa, por lo menos, pasar un poco más de tiempo en Balcarce 50. Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem lo saben, y por eso –y porque están bien posicionados en las encuestas– pidieron que se suspendan las internas y que se adelanten las elecciones generales. Ayer, Duhalde les contestó con dureza. “Son planteos electoralistas”, dijo, y luego ratificó que “hay un cronograma en marcha, la Justicia está trabajando mucho para cumplir los plazos y el Gobierno está girando los fondos comprometidos”.
De cualquier forma, para la administración duhaldista la cuestión encierra un dilema difícil de resolver. Por un lado, quiere respetar las fechas vigentes, para continuar con su mandato hasta mayo de 2003. Pero por otro, la renuencia del FMI a firmar un acuerdo –y la intransigencia de su presidente, el alemán Horst Koehler– complican las posibilidades de llegar hasta “la tierra prometida” (la entrega del mandato prevista). Por lo pronto, Duhalde parece querer sortear las dificultades con un poco de voluntarismo: “Después de estos últimos cien días hay un dólar estable, se van recuperando reservas, crece mes a mes la recaudación, se restablece lentamente el sistema financiero, se está frenando la caída de la producción y comienzan a verse signos de reactivación en la industria, sobre todo en las industrias ligadas a las exportaciones”, aseguró ayer Duhalde, en un entusiasta diagnóstico de la situación económica.
Por último, el Presidente recurrió ayer a lo que considera el mayor logro de su gestión: la asistencia social. Sobre ese tema, prometió que el Gobierno está estudiando ampliar a “casi 13 millones de personas” los planes sociales, con la idea de garantizar el “derecho alimentario” y “reactivar el mercado interno de consumo”. En ese orden, además, señaló que los sectores de menores recursos “no sufrirán aumento” de tarifas de servicios públicos, porque el Ejecutivo obligará a las privatizadas a cobrar una “tarifa social”.