“Si bien el tipo de armas es el que usa la policía, también hoy se las puede encontrar en manos de delincuentes comunes. Pero los delincuentes salen a robar, no a disparar contra las casas”, aseguró ayer el procurador general de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, Eduardo de la Cruz, sobre el atentado que sufrió el viernes la abuela de Plaza de Mayo Estela de Carlotto. En tanto, fuentes del Ministerio de Seguridad y Justicia a cargo de Juan Pablo Cafiero aseguraron a Página/12 que se “está trabajando intensamente en el caso en los más altos niveles”. La ministra de Trabajo, Graciela Camaño, fue la única voz del gobierno nacional que repudió el atentado político más importante de los últimos años.
De la Cruz ayer coincidió con las declaraciones que había hecho el ministro Juan Pablo Cafiero. “En este caso, todas las hipótesis son válidas, pero sin negar la intencionalidad política”, aseguró De la Cruz, quien a su vez señaló a los atacantes como “cobardes que actúan amparados en las sombras”. Si bien el procurador descartó que el atentado, al que calificó como “un hecho lamentable”, tuviera relación con el duro documento presentado por la Comisión por la Memoria bonaerense, aseguró que todavía “no tiene ninguna hipótesis concreta” sobre los atacantes y sus intenciones, pero consideró que “también puede ser gente que intente con esto favorecer la ruptura” institucional y “desestabilizar el orden”.
Por ahora, las paredes y la puerta de la casa de la abuela de Plaza de Mayo Estela de Carlotto exhiben sus grandes agujeros producidos el viernes a la madrugada por balas que salieron de dos Itakas. La fiscalía número 7 de la ciudad de La Plata recogía ayer a la tarde la mayor cantidad de pruebas que den cuenta de algún dato que revele quién pudo haber perpetrado el atentado. Sin embargo, fuentes judiciales adelantaron ayer a Página/12 que “todavía no hay novedades” en la investigación.
Personal de la fiscalía a cargo de Virginia Bravo tomaron declaración a los vecinos de Carlotto, realizaron procedimientos de balística “de rutina”, tomaron fotos a la casa de Carlotto y llevaron a cabo varias planimetrías para establecer el ángulo y la distancia desde donde tiraron los agresores. La investigación, que comenzó el mismo día del atentado bajo la dirección de Carlos Belén, jefe de la Departamental de La Plata, había establecido que los cuatro disparos se realizaron con dos Itakas diferentes desde dos puntos fijos cercanos a la casa. Fue el mismo Belén el que aseguró que las Itakas son armas que “suelen usar las fuerzas de seguridad”. Además de la fiscal Bravo, que estará de turno hasta fin de mes, el juez de garantía Federico Atencio atiende la causa.
En tanto, el gobierno nacional guardó un incomprensible silencio que sólo quebró ayer la titular del Ministerio de Trabajo, Graciela Camaño. “Profundo repudio a los hechos aberrantes como el que le sucedió a Carlotto, que nos retrotraen a las épocas oscuras de nuestra historia que no queremos que permanezcan en este presente. Espero que la Justicia esclarezca sin demoras el triste incidente y encuentre a los responsables”, dijo Camaño, sólo cuando le preguntaron sobre el ataque.
Camaño también destacó “la verdadera lucha de Carlotto por el esclarecimiento del caso de su nieto”. Pero sus palabras quedaron solas en las altas cumbres ya que el presidente Eduardo Duhalde, que disertó largamente sobre diversos temas en su programa radial de todos los sábados “Conversando con el Presidente”, no hizo referencia al ataque.
El gobernador santacruceño y precandidato presidencial Néstor Kirchner volvió a hablar ayer del tema: “Me parece que es una barbaridad que la sociedad tenga que asistir a este tipo de prácticas, que creíamos que estaban absolutamente alejadas de la cotidianidad social y que parecían extirpadas de la sociedad argentina. Somos absolutamente solidarios con la señora de Carlotto a quien reconocemos, respetamos y valoramos por toda la lucha que ha llevado adelante”. También se sumó el justicialista porteño Jacinto Gaibur.