EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER SE REUNIó CON LULA EN ROMA Y HOY PARTICIPARá EN LA CONFERENCIA DE LA FAO
La presidenta argentina y el brasileño se encontraron antes del inicio de la Conferencia. Hablaron sobre el conflicto con las entidades agropecuarias, aunque luego Taiana no quiso dar detalles. Hoy se encontrará con el Nº 2 del Vaticano.
› Por Daniel Miguez
Desde Roma
En su primer día de visita en Roma, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió por tercera vez en quince días con su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Esta vez el encuentro fue para hablar de alimentos, tema que en definitiva es lo que los trajo hasta aquí para participar de la Conferencia de la FAO, el organismo de las Naciones Unidas que se ocupa de la cuestión y que por estas horas está dando pronósticos negros sobre la escasez que va a abrumar al planeta. Con ese escenario por detrás fue que Lula sacó pecho antes de partir hacia Italia y dijo que “Brasil puede ser el granero del mundo”, un título que la Argentina, con justicia, se adjudicó durante tres cuartos de siglo. Pero al parecer todas fueron mieles, y ambos coincidieron en que hay un problema estructural en la producción agroganadera y cuestionaron los subsidios a sus productores y otros tipos de trabas que ponen los países desarrollados que limitan la expansión de mercados de los países no desarrollados, y los condicionamientos que ponen los organismos internacionales de crédito que obstaculizan el crecimiento del sector.
La reunión duró una hora y veinte en la primaveral tarde romana y tuvo como escenario el magnífico palacio Panphily, una gigantesca construcción de principios de siglo XVII que es la sede de la Embajada de Brasil, en plena plaza Navona. La Presidenta fue acompañada por el canciller Jorge Taiana, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.
Es impensable que Lula no le haya preguntado por el conflicto que sobrelleva el Gobierno con los empresarios rurales, más aún teniendo en cuenta que el eje de su charla era la producción agropecuaria y la falta de alimentos. Pero Taiana, al hablar luego con los periodistas, hizo quiebres de cintura para eludir responder sobre el asunto, aunque afirmó que “la disputa es por la distribución de la renta agropecuaria, donde un sector quiere acapararla en detrimento de quienes más lo necesitan”. Lo que sí dijo el canciller es que CFK y Lula hablaron –y se congratularon– de los acuerdos energético y automotor que firmaron hace días ambos países.
Taiana también sostuvo que “las relaciones con Brasil están en un nivel excelente” y que Lula visitará la Argentina dentro de 45 o 50 días, acompañado por una nutrida delegación de empresarios brasileños que mantendrán encuentros de negocios con empresarios argentinos. Además, contó que CFK y Lula acordaron realizar encuentros con mayor asiduidad, aunque en realidad contacto personal no faltó en los últimos tiempos. El 17 de mayo se vieron en Lima, en ocasión de la Cumbre de jefes de Estado de América latina y Europa, y una semana después se cruzaron en Brasilia, cuando quedó constituida la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Antes de encontrarse ayer con Lula –una especie de estrella en la cumbre sobre alimentos de la FAO–, la Presidenta hizo lo que nunca antes se había permitido en sus viajes como jefa de Estado: tuvo 15 minutos para tomarse un café en un bar de la plaza Navona, frente a la embajada brasileña. Bien podría haber sido porque es casi imposible andar por Roma y no distraerse con algo de su eterna belleza. Pero no, las causas fueron otras. Y se los debe agradecer al feriado italiano por el Día de la República, que dejó despobladas las calles, y a la celeridad de la policía italiana, que la trajo en el aire desde la sede de la FAO a la plaza Navona. Resultado: llegó 15 minutos antes a la cita con Lula. Entonces, para hacer tiempo, con Taiana, Zannini y el vocero Miguel Núñez, la Presidenta entró al bar Don Chiscciotte y pidió una lágrima y un agua mineral. El encuentro estaba pautado para las 17.30, y a las 17.28, con la puntualidad de un tren suizo (algo desconocido para su antecesor, Néstor Kirchner), se levantó y cruzó la plaza adoquinada entre una docena de camarógrafos y fotógrafos que la seguían y unos 70 curiosos que la aplaudían y le gritaban “suerte Cristina” o “viva Argentina”.
En cambio, al salir de la embajada brasileña, ya sentada en el auto que la trajo, un turista argentino por un minuto dejó de fotografiar las estatuas de Gian Lorenzo Bernini en la plaza Navona para correr enojado hasta al auto y gritarle: “Cristina, arreglá el tema del campo”.
Entre el mediodía y las primeras horas de la tarde, la Presidenta había tenido otras dos reuniones. La primera fue con el director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, donde coincidieron en la absoluta necesidad de ponerle valor agregado a la producción agropecuaria y que los países emergentes, más que materias primas, deben exportar productos agroindustriales. Con Diouf, y acompañada por el titular de los Cascos Blancos, Gabriel Fuks, la Presidenta firmó un convenio para que el organismo incremente su ayuda humanitaria en Haití, el país más pobre del continente. El segundo encuentro, también en la sede de la FAO, frente al Circo Máximo romano, fue con el secretario general de las Naciones Unidas, el coreano Ban Ki-moon. Sobre la reunión no hubo información. Pero, según pudo saber PáginaI12, el titular de la ONU comentó con Lula que el documento final de la FAO, que se dará a conocer hoy, se centrará en el aliento a la exportación agropecuaria. Así que bien cabe suponer que con la Presidenta hablaron del mismo tema.
Hoy, CFK disertará en la FAO sobre “Los desafíos del cambio climático y la bioenergía”, y luego se reunirá con el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, en los hechos el primer ministro del Papa. Aunque el encuentro es con agenda abierta, se descuenta que habrá temas ineludibles, como la situación del obispado castrense –vacante desde que el gobierno de Néstor Kirchner separó a Antonio Baseotto por sus duras palabras hacia el entonces ministro de Salud, Ginés González García– y la no aceptación por parte del Vaticano del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne como embajador, por su condición de divorciado.
El canciller Jorge Taiana estuvo ayer en todas las reuniones que mantuvo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Roma. Luego explicó que con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva la Presidenta habló de las “distorsiones que en el mercado de alimentos ponen los enormes subsidios y trabas que tienen los países desarrollados para su producción”. Hubo críticas para Estados Unidos y la Unión Europea, con cuyas autoridades se reunieron el mes pasado en la cumbre de Lima sin llegar a ningún acuerdo. Taiana apuntó también a “las políticas que llevaron adelante los organismos financieros multilaterales, que en muchos países con las condicionalidades que imponían a sus préstamos buscaron desactivar sectores enteros de la producción afectando la seguridad alimentaria”. Con el secretario general de las Naciones Unidas, el coreano Ban Ki-moon, en cambio, el tema principal fue Haití, donde la Argentina integra el Grupo de Amigos y mantiene fuerzas militares –Minustah– para ayudar al país así como también el Plan Pro Huerta que asiste a 20 mil personas y ahora, con logística argentina y financiamiento de Canadá, se ampliará a 200 mil.
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