Si la semana pasada estuvo marcada por las amenazas de un incipiente desabastecimiento, ésta será el turno de la vuelta de los alimentos a las góndolas de supermercados, almacenes y mercados concentradores. Una de las huellas del levantamiento del lockout agropecuario, que duró más de 100 días, fue el ingreso de 28.263 cabezas de ganado al Mercado de Hacienda de Liniers, un número que no se repetía desde 1991. Desde el sector supermercadista indicaron a Páginai12 que para mediados de esta semana la situación debería ser de total normalidad, tanto en el volumen de productos como en los precios, que tendrían que apuntar a la baja una vez que las góndolas vuelvan a llenarse.

Al Mercado de Liniers ingresaron ayer 717 camiones jaulas con más de 28.000 cabezas de ganado. Alberto Williams, representante de las carnicerías de la Capital Federal, indicó a este diario que el abastecimiento “se dará más rápido de lo esperado”. “Para mitad de semana, todas las carnicerías volverán a trabajar con normalidad. Incluso, los precios deberían comenzar a bajar a partir del fin de semana”, agregó Williams. El titular de la Asociación de Supermercados Unidos (Coto, Wal Mart, Jumbo, La Anónima), Juan Vasco, también destacó que el “importante ingreso de vacunos que se registró en Liniers repondrá el stock faltante”.

“En 48 a 72 horas estaremos en situación de normalidad. Los productos más golpeados (por su escasez) son la harina, el aceite y la carne. Para el jueves próximo tendríamos que estar como antes de los cortes de ruta”, describió Vasco. Una de las estrategias de los supermercados durante el lockout fue poner en góndola menos productos de los que realmente tenían, con el objetivo de “evitar el acopio de los consumidores”, según su propia explicación. Menos reconocida era la estrategia para especular con los faltantes y así retocar los precios.

El levantamiento de los cortes de ruta permitió ayer la llegada al Mercado Central de un 10 por ciento más de camiones que lo habitual con frutas y verduras, lo que llevó a una baja de precios dada la abundancia de la oferta. Así lo confirmó Guillermo Cosentino, gerente del Mercado Central. En total, arribaron al ente concentrador 828 camiones. “Como hay mucha mercadería, los precios van a la baja. El abastecimiento está bien, pero puede haber alguna zona con problemas climáticos que son propios de la fecha, como las heladas o las lluvias”, comentó Cosentino.

Por su parte, Alberto Guida, titular de la Cámara de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, explicó que si bien la distribución de alimentos se normaliza, en el interior falta aceite porque “tarda en llegar, la entrada está cuotificada, mientras que la leche en polvo se atrasa porque se cortó la cadena productiva”. A su vez, Guida aseguró que lo que se “planchó ahora es la demanda que había antes del lockout”. Por su parte, para Miguel Angel Calvete, representante de los supermercados chinos, las principales dificultades en el abastecimiento “están en los productos secos y de almacén”. “Veremos si las empresas hicieron algunos retoques. Todavía no nos han entregado productos como harinas, aceites, fideos y galletitas”, aseguró Calvete a Páginai12.

Uno de los sectores más golpeados durante los 100 días de lockout fueron los panaderos. Entre Capital Federal y Gran Buenos Aires tuvieron que cerrarse 150 establecimientos, que recién ahora están comenzando a trabajar nuevamente, según indicó José Alvarez, presidente de la Cámara de Industriales Panaderos de la Capital Federal. Una de las consecuencias directa de la no comercialización de granos fue la falta de materia prima para los molinos, que repercutió directamente sobre el pan y otros derivados. La bolsa de harina llegó a pagarse más de 80 pesos, mitad en blanco y mitad en negro, tal como denunció Consumidores Libres, la entidad conducida por Héctor Polino.

“Ahora la situación se está normalizando. Y cuando volvamos a los niveles de actividad previos al último lockout, los precios también se acomodarán”, señaló a Páginai12 Alvarez, que ayer estuvo participando de la carpa kirchnerista apostada frente al Congreso. “Apoyamos la política económica del Gobierno, porque desde que se subsidia la harina, muchos pudieron sacar adelante sus panaderías”, concluyó Alvarez.