EL PAíS › CONFLUENCIA DE MOVIMIENTOS SOCIALES Y SINDICATOS DE LA CGT
› Por Martín Piqué
“El compañero Pérsico es un amigo.” Sonriente, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, miró hacia la primera fila de asientos. Allí estaba el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico. El saludo de Moyano no sorprendió a ninguno de los asistentes al lanzamiento del Centro de Estudios Laborales (CEL). La iniciativa de fundar un centro de formación sindical es un emprendimiento del sindicato de canillitas, cuyo secretario general, Omar Plaini, está alineado con Moyano, pero también de la agrupación encabezada por Pérsico. Si se juzgara por el origen político de ambos, una actividad conjunta con Moyano y Pérsico sería algo impensado, hasta una quimera. El peronismo ortodoxo y la izquierda peronista no siempre se llevaron bien. Sin embargo, como ayer recordaron en la charla, en los años ’90 ya habían compartido protestas contra el neoliberalismo. Los oradores reflejaron una novedad para la dinámica política desde el estallido de la crisis de 2002: la confluencia de movimientos sociales y los sindicatos. “Nuestro objetivo es volver a unir a la clase trabajadora”, explicó Luis Cáceres, coordinador general del CEL.
Como a principios del siglo XX supo hacer el médico catalán Juan Bialet Masset con su Informe sobre el estado de la clase obrera al interior de la República, el Movimiento Evita se propone hacer lo mismo pero un siglo después. Como quedó claro en la charla, los expositores creen que los trabajadores están divididos en sindicalizados, precarizados y desocupados. Ante ese mapa, la idea de la CGT es ir confluyendo en forma progresiva con los movimientos que representan a los desocupados. Eso significa construir puentes hacia las organizaciones sociales. Un primer ejemplo se vio ayer en el gremio de vendedores y distribuidores de diarios. En el salón de actos se confundían algunos miembros del consejo directivo de la CGT con militantes barriales del conurbano.
Además de Moyano, Pérsico y Plaini, en la presentación del CEL estuvieron los dirigentes Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento) y Oscar Nievas (mercantiles de Capital), el ex secretario de Derechos Humanos bonaerense Edgardo “Edy” Binstock, el jefe de Gabinete de la municipalidad de La Plata, Santiago Martorelli, funcionarios del ministerio de Salud y los concejales Silvana Soria (La Plata), Cristina Rodríguez (Morón) y Esteban Castro (Moreno). Antes y después de la charla, los jóvenes de la JP Evita improvisaron un cantito a tono con la convocatoria. “Ni Barrionuevo/ ni la Rural/ los sindicatos del gobierno popular”, corearon. La charla comenzó con una explicación general de los objetivos del CEL. “Tenemos que profundizar la relación entre los movimientos sociales y los sindicatos”, exhortó Cáceres, del Movimiento Evita.
Tras argumentar sobre la necesidad de unir a los trabajadores ocupados y desocupados, Cáceres hizo una aclaración que fue muy aplaudida. Sobre todo por Moyano. “No pretendemos generar estructuras paralelas a los sindicatos. Queremos que los sindicatos estén más fuertes, sean más poderosos, para que defiendan mejor a los trabajadores”, subrayó. Precedido por Schmidt y Plaini, Moyano sorprendió por su habilidad para contar cuentos al mejor estilo Landriscina. Luego se burló de la desorientación que la crisis financiera estadounidense estaba provocando en los gurúes neoliberales. “Están más perdidos que indio mirando televisión”, desafió sin corrección. Antes de irse y ante las preguntas de los periodistas, volvió a reclamar un aumento de las jubilaciones.
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